Con la voz,
con las manos,
con el cuerpo,
quiero tener presencia en tu mirada.
Con la paz,
con el amor,
con el deseo,
quiero convenir que estaremos muy juntos.
Con la mente,
con los ojos,
con el pensamiento,
quiero postrarte para que seas mía.
Y una vez sucedido
todo ello;
pacer en un lecho auténtico
con tu figura,
con tu ser,
con tu pensamiento,
para hacer del sexo un pacto
con olor a eternidad.
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