domingo, 12 de agosto de 2012

LA BLANCA LIBACIÓN DE MI DESEO, de Walter Barrantes Chacón


Ya no hay olvido, digo.
Porque tendés eslabones de arpegios
entre ese abismo ocre y asustado
de tu beso y el mío.

Ya no hay silencio, grito.
Porque intuís sinfonías azules
con fonemas de lluvia
cada tarde de lunes.
Porque vas construyendo palabras,
con acentos distantes,
que saben a caricia.

¿Cómo es que me construyes?
Si esta argamasa dulce de tu aliento
levanta mil paredes sobre ruinas de otrora.
Y hasta me nacen brotes,  que huelen a crepúsculo,
pero saben a aurora.
Si en tu humedal del labio
Un Bautista acristiana mi nombre,
hecho de arcilla atónita.

Has dispuesto la pira, lo sé, no lo digás.
Me encanta el holocausto azul de tu cadera
y el carnero precoz con que acompañas
la blanca libación de mi deseo.

1 comentario:

  1. Un placer compartir con el talentoso compañero de letras Walter Barrantes...
    felicitaciones por su poesía
    Un saludo afectuoso desde el Sur

    Lilian Viacava

    ResponderEliminar