*Cineasta norteamericano.
Por Saul Landau
De nuevo Israel utilizó sus superiores fuerzas militares y tecnología
para matar a residentes de Gaza y destruir sus casas y propiedades,
mientras incrementa su guerra mediática para justificar su bárbaro
comportamiento. Este asalto a Gaza sigue una vieja estrategia esbozada
por el ideólogo sionista Ze’ev Jabotinsky. En 1923 escribió El muro
de hierro, en el cual recomendaba el uso de la fuerza –“un muro de
hierro que la población nativa no pueda romper”. Israel ha utilizado
la fuerza para despojar a los palestinos de su tierra y para
expulsarlos de su país. Pero no a todos, solo a los suficientes para
hacer que el resto acepte la colonización de su tierra.
En noviembre, Israel fracasó nuevamente en alcanzar este resultado en
Gaza, pero aparentemente no tendrá que pagar un precio de inmediato –a
no ser escuchar los gritos de condena de todo el mundo y no lograr su
objetivo de destruir a Hamas– por haber masacrado a palestinos y
destruido sus hogares. Es más, probablemente Israel reciba un
incremento de la ayuda militar norteamericana como recompensa por
firmar el acuerdo de cese al fuego. Sin embargo, Hamas ganó en
reconocimiento internacional y debilitó a su rival, el presidente
Mahmud Abbas de la Autoridad Palestina.
Por tanto, escribe el experto en Medio Oriente Alan Hart, “Israel no
obtuvo lo que quería y exigía –un cese al fuego incondicional y
unilateral por parte de Hamas”. Aunque la administración Obama y
gobiernos europeos se niegan aún a reconocer a Hamas y a hablar
directa y abiertamente con esa organización, en la práctica lo están
haciendo cuando Hamas discute con el presidente Morsi de Egipto. El
aislamiento de Hamas ha terminado”.
El motivo de Israel para la guerra fue explicado por Eli Yishai,
ministro israelí del Interior, miembro del ultra ortodoxo Partido
Shas. Yishai dijo con toda honestidad que “el objetivo de la operación
era enviar a Gaza a la Edad Media”.
Tal lenguaje y el comportamiento de Israel en Gaza provocó que el
primer ministro de Turquía, país miembro de la OTAN, calificara a
Israel de “estado terrorista”.
Él pudo haber agregado el adjetivo “artero”, ya que Israel
aparentemente había aceptado una propuesta de paz de parte de Hamas,
la cual estaba en manos de Jabari, su moderado ministro de Defensa,
cuando asesinos del gobierno dispararon un cohete contra su auto y lo
mataron. Tan solo otro “terrorista árabe” en los titulares de los medios.
Israel usó golpes aéreos para convertir a Gaza –lo que queda de su
infraestructura civil e incluso propiedades de la ONU– en un espacio
funcionalmente inutilizable. La naciente industria de la construcción
en Gaza y sus suministradores extranjeros volverán a construir y a
ganar muchos millones de dólares debido a la destrucción
infraestructural provocada por las bombas israelíes. El gobierno de
EE.UU. puede enviar sus mercancías a Israel. Luego fabricantes de
armamentos de EE.UU. y Europa pueden vender más de sus productos
letales al estado judío, pagados por los contribuyentes norteamericanos.
Israel y Hamas firmaron un acuerdo de cese al fuego.
¿Quién ganó? Los bombardeos israelíes no forzaron a los habitantes de
Gaza a la sumisión. Por el contrario, los residentes parecen haber
usado los ataques para renovar su espíritu de resistencia.
En Israel, después de la firma del acuerdo de cese al fuego, poca
gente y ningún grupo político serio exigieron que los que ordenaron
los bombardeos fueran llevados a los tribunales o que siquiera
explicaran al público sus órdenes militares de destruir a gente y sus
propiedades. En su lugar, una oleada de racismo antipalestino parece
haberse extendido por la población israelí, e incluso fortalecido las
posibilidades de elección de Bibi Netanyahu en enero de 2013. Judíos
israelíes cortaron los neumáticos de autos pertenecientes a palestinos
en Jerusalén y escribieron lemas que decían “el precio por Gaza”.
Sacha Dratwa, un importante vocero militar israelí, posó para una foto
que colocó en su página de Facebook bajo el título “al estilo de
Obama” en la que su cara estaba manchada de lodo.
Ningún político norteamericano respondió al retrato racista y mucho
menos exigió que Israel pagara por la reconstrucción de Gaza. Ninguna
nación importante ha exigido sanciones contra Israel por su bombardeo
de civiles. Sin embargo, los moralistas del mundo considerarán a
Israel como dañada éticamente y preguntarán al presidente Obama por
qué continúa apoyando a ese estado criminal del Medio Oriente.
Recuerden la manera en que Benjamin Netanyahu, el supuesto “amigo” de
Estados Unidos, apoyó la candidatura presidencial de Mitt Romney.
Enarboló un partidismo desvergonzado sin un ápice de protocolo
diplomático ni respeto por el presidente que juró apoyar a Israel.
Obama luego justificó los bombardeos israelíes al declarar que “No hay
país en el mundo que toleraría que misiles lanzados desde más allá de
sus fronteras lluevan sobre sus ciudadanos”. ¿Olvidó Obama que él
ordena constantemente ataques de drones (con cohetes) contra
“objetivos” en Pakistán, Yemen y Somalia?
Netanyahu record que Romney viajó a Israel con Sheldon Adelson, el
cual donó a la campaña de Romney muchos millones de dinero proveniente
de sus casinos para beneficiar a Israel. Adelson gastó unos $50
millones para apoyar al perdedor y a otros republicanos en campañas
para el Congreso.
Sin embargo, los hechos de los bombardeos contrastan con la melosa
declaración de Israel de “Estamos defendiendo a nuestro pueblo”,
repetida por los voceros del gobierno israelí en un inglés sin acento
para los medios de habla inglesa. Por otra parte, voceros de Hamas, el
partido gobernante de Gaza, ofrecieron declaraciones en un inglés con
mucho acento al denunciar “La aggg—ressshión izzrrrayeli”.
Como resultado, los mensajes de audio y mitos que pretenden ser
información se convirtieron en estereotipos. Pocos reporteros
mencionaron el robo generalizado de las tierras palestinas por los
llamados “colonos” israelíes.
Muchos de los medios propagaron la mentira israelí de que el malvado
Hamas inició los actuales combates al disparar misiles, lo cual forzó
a los inocentes israelíes a defender a su pueblo y su territorio. El
presidente Barack Obama y los principales medios de EE.UU. e Israel
culparon a Hamas. Sí, los palestinos lanzaron cohetes contra Israel e
Israel declaró que la única razón para bombardear a Gaza fue para
detener el lanzamiento de misiles. Sin embargo, Israel ha lanzado
constantemente violentos ataques contra Gaza con mucho más poder de
fuego y precisión del que disponen en Gaza.
La guerra ha terminado –por el momento. Esperemos que Obama adquiera
la valentía de decir a Netanyahu y compañía que detengan su brutalidad
y suspensa la ayuda hasta que Israel comience a buscar una paz
verdadera, reconozca que los palestinos merecen una mayor y contigua
porción de su tierra legítima (según los acuerdos de 1967) como estado.
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