LA SONRISA HORIZONTE
En 1977 la editorial Tusquets se lanzó a la aventura de una colección insólita en español: La Sonrisa Vertical, en alusión a la expresión francesa del siglo XVIII para referirse al sexo femenino
Ana Clavel La autora es narradora. "Amor y otros suicidios", publicado por Ediciones B, es su libro más reciente (FOTO: )
ANA CLAVEL
"La risa es lo propio y noble del alma", escribió Rabelaisen su Gargantúa y Pantagruel, una obra del siglo XVI que el propio autor reconocía como non sancta. Algunos científicos señalan que la risa es un modo de comunicación innata. Su forma atenuada, la sonrisa, aparece en el ser humano hacia los cuatro meses de edad. Teorías médicas le atribuyen beneficios para la salud porque libera endorfinas, esas drogas maravillosas que nuestro propio cuerpo produce para brindarnos placer. Desde los tiempos en que Eva y Adán fueron expulsados del Paraíso, la vida del hombre no ha sido tarea fácil. Tal vez por eso algunos filósofos atribuyen a la risa un papel compensatorio. Como Nietzsche que dijo que el hombre inventó la risa para soportar la desgracia y la sinrazón del mundo. Su poder puede ser tal que, por ejemplo, en la novela El nombre de la rosa (1980) de Umberto Eco, es el motivo de una serie de asesinatos en una abadía medieval, donde se oculta la existencia de un libro peligroso: un tratado sobre el arte de la comedia y la risa liberadora, presuntamente escrito por Aristóteles. “La risa libera al aldeano del temor de Dios... Cuando ríe, el aldeano se siente amo porque ha invertido las relaciones de dominación... la risa sería el nuevo arte capaz de aniquilar el miedo”, señala Jorge de Burgos, monje y bibliotecario de la novela de Eco que atribuye a la risa un poder luciferino.
Según un proverbio japonés, el tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses... Tal vez porque nos volvemos un poco como ellos: inmortales pues la risa nos coloca en un lugar fuera del tiempo, como también sucede en el éxtasis amoroso. Hace poco me encontré en la red una frase del dramaturgo argentino Alfredo Arias que me provocó una sonrisa cómplice: “La risa es el orgasmo del rostro”. Aunque no todas las sonrisas tienen un carácter erótico, sí nos hablan de la capacidad de goce de quien las esboza.
En 1977 la editorial Tusquets se lanzó a la aventura de una colección entonces insólita en español: La Sonrisa Vertical, en alusión a la expresión francesa del siglo XVIII para referirse al sexo femenino. Los creadores del proyecto, el cineasta Luis García Berlanga y la editora Beatriz de Moura, confeccionaron así una serie exclusiva de literatura erótica, que llegó a convocar incluso un premio internacional con el mismo nombre. La colección inició con un libro del más tarde premio Nobel Camilo José Cela: La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona, y a la fecha ha publicado 150 títulos. Además de textos clásicos como Memorias de un librero pornógrafo de Coppens o Las 120 jornadas de Sodoma de Sade, ha puesto en circulación libros de autores contemporáneos, algunos de ellos hitos en el mundo editorial comoEmmanuelle de Arsan y Las edades de Lulú de Almudena Grandes, o la muy reciente y carnal Brama de David Miklos.
Debo confesar que la primera vez que tuve en mis manos un libro de cubiertas rosas de La Sonrisa Vertical, era yo muy joven y no me resultó fácil entender la alusión a la genitalia femenina, ni siquiera al observar el grabado de la serie: un triángulo que enmarcaba los labios de una niña muy parecida a la Alice Liddell, fotografiada por Carroll. Pero al concluir el volumen en turno, aquella deliciosa Autobiografía de una pulga, de autor anónimo, que contaba las aventuras de una jovencita en su iniciación sexual en la Inglaterra victoriana, reparé en la atinada sugerencia del enigmático grabado como sello de la colección. Porque habría que reconocer que, al menos con la buena literatura licenciosa, la sonrisa revela horizontes de placer y puede ser el orgasmo del rostro en un sentido verdaderamente literal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario