miércoles, 22 de mayo de 2013

EL SONIDO SIN FONDO DE LA PUERTA, Waldo Leyva



EL SONIDO SIN FONDO DE LA PUERTA 

Vuelve a llamar. Toca de nuevo la madera remota de esa puerta. Nadie está en 
casa. Los últimos habitantes partieron al amanecer de un día, al que tú no has 
llegado. Vuelve a tocar. Tú no buscas a nadie, sólo necesitas el sonido sin fondo 
de la puerta, la esperanza de una voz que responda, que justifique el origen de la 
memoria para poder partir. Hay otra puerta abierta. Los muertos dejan allí vasos 
de agua, flores que no han nacido todavía. Pero tú evitas ese umbral sospechoso. 
Sabes que si lo cruzas volverás a ser niño, y ya no te alcanzarán las fuerzas para 
llegar hasta donde estás ahora, tocando a la puerta de una casa que ni siquiera 
desconoces, con la esperanza de una voz que te deje partir a ningún sitio. 

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