INSTANTES, de Ronald Bonilla

I
RED DE ESPEJISMO
Instante:
La eternidad también
se inicia en ti.
(Estás hecho de arenas y ventiscas)

Ahora:Toda la luz blanca en tus ojos negros.
Instante,
no puedo dejar de mirarte.
Eternidad,
deja ya de avasallarme.

Instante.
Pasas y aún regresas.
Yo te sigo al borde de una sed incorregible,
te acorralo y a veces
te amo y te trasnocho.

Solo estás respirando...

A veces tu piel parece mecerse.
Mis manos son las hamacas
para tu red de espejismos.

Aquí te espero.
El café es sólo una de tus ausencias
que aún sonríe.
No puedo dejar de mirarte.
Ah, estos ojos sellados
viven siempre en los tuyos
y por siempre se vencen.

II
TEJIDA DE SIGNOS

Algarabía de voces y cucharas.
El mediodía detenido
puja con su modorra
y deja la servilleta tejida de signos
que aún te están vaticinando.

Por esa puerta entrarás,
instante.
Todo detenido en vilo ante el misterio.
Sólo caminas o levitas.
Todo se sostiene en el vértigo.

Por aquí pasas,
consustanciada en Eva y sonríes.
Eres mi congénere pero traes
la luna hecha arete en el lóbulo
semiescondido del placer.
Y la boca llena de antojos
que alucinan debajo de estas frondas.

Estás levitando equidistante, casi al margen
del vacío que pasa
como una diosa melancólica.
De otro género, de instantes que nos sangran.

Apóyate en mi sed,
bebamos juntos.

De LA CIEGA CERTEZA
Ediciones Perspectiva Trascendentalista, 2005