ESTA ES LA MIA (segunda versión)
ALFONSO SÁNCHEZ ARTECHENo es, no está, no existe.
De nada nada es posible decir,
de nadie nadie puede saber nada.
Nos fascina creer que se esconde detrás de las cortinas,
debajo del colchón,
entre los pliegues de una oreja y nos sopla en la sien
su confidencia helada.
Pero es preferible a la verdad
imaginar en sus falanges de marfil la llave
que abrirá la recámara vecina.
Un alfiler prende mis labios cuando digo
que sin habitación, puerta, cerrojo,
no habrá conserje que oiga el llamado
de una voz imposible.
Si en soledad he de partir
cuando la vida no me baste
ni haya respiración que me eslabone al mundo,
si eso es, por decir de algún modo, la nada,
no es a la muerte a lo que temo,
es al olvido.
Cuando se sobreviene en un recuerdo,
cuando algo de uno toca tierra
y cualquier otra huella se ha borrado
y el llanto seco está
y consumado el duelo,
sólo un testigo de mí que me pronuncie
traerá una breve derrota
del ser que una vez fui
sobre la muerte.
entre los pliegues de una oreja y nos sopla en la sien
su confidencia helada.
Pero es preferible a la verdad
imaginar en sus falanges de marfil la llave
que abrirá la recámara vecina.
Un alfiler prende mis labios cuando digo
que sin habitación, puerta, cerrojo,
no habrá conserje que oiga el llamado
de una voz imposible.
Si en soledad he de partir
cuando la vida no me baste
ni haya respiración que me eslabone al mundo,
si eso es, por decir de algún modo, la nada,
no es a la muerte a lo que temo,
es al olvido.
Cuando se sobreviene en un recuerdo,
cuando algo de uno toca tierra
y cualquier otra huella se ha borrado
y el llanto seco está
y consumado el duelo,
sólo un testigo de mí que me pronuncie
traerá una breve derrota
del ser que una vez fui
sobre la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario