La ética y la muerte
Sharon Olds
Traducción: Mori Ponsowy
El Padre, Bartleby Editores
Traducción: Mori Ponsowy
El Padre, Bartleby Editores
No es algo malo su muerte.
Ni bueno, ni malo.
Queda fuera del mundo moral.
Cuando las enfermeras vacían la bolsa del catéter
y vierten el fluido ámbar y pálido
en una taza para medir, no hacen
algo bueno ni malo: es sólo
su cuerpo. Incluso cuando el dolor
crispa su rostro, su boca
cuando hace un chasquido,
su quijada al contraerse,
no son malos, no hay alguien haciéndoselo,
no hay culpa, ni vergüenza:
sólo placer o dolor. Es el mismo reino
del sexo, de los impulsos nerviosos,
un reino sin iglesia, en él lo besamos,
en él acariciamos su cabello pringoso,
su mujer y yo,
una a cada lado, secando restos
de saliva en sus labios blancuzcos.
Su cuerpo nos siente atenderlo
fuera del mundo de la moral,
como si le hiciéramos el amor en un bosque,
escuchando desde una pradera remota
los cánticos distantes de una asamblea:
gotas más pequeñas que las más pequeñas gotas de rocío
cubren su cuerpo cuando nos inclinamos a tocarlo
Ni bueno, ni malo.
Queda fuera del mundo moral.
Cuando las enfermeras vacían la bolsa del catéter
y vierten el fluido ámbar y pálido
en una taza para medir, no hacen
algo bueno ni malo: es sólo
su cuerpo. Incluso cuando el dolor
crispa su rostro, su boca
cuando hace un chasquido,
su quijada al contraerse,
no son malos, no hay alguien haciéndoselo,
no hay culpa, ni vergüenza:
sólo placer o dolor. Es el mismo reino
del sexo, de los impulsos nerviosos,
un reino sin iglesia, en él lo besamos,
en él acariciamos su cabello pringoso,
su mujer y yo,
una a cada lado, secando restos
de saliva en sus labios blancuzcos.
Su cuerpo nos siente atenderlo
fuera del mundo de la moral,
como si le hiciéramos el amor en un bosque,
escuchando desde una pradera remota
los cánticos distantes de una asamblea:
gotas más pequeñas que las más pequeñas gotas de rocío
cubren su cuerpo cuando nos inclinamos a tocarlo
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