Los trabajos más extraños de los escritores
Encontrar el trabajo de tus sueños es una de las tareas más complejas y llenas de obstáculos por las que hay que atravesar en esta vida. En ocasiones, el talento y los estudios no aseguran un camino rápido al éxito profesional, también se requiere experiencia y un poco de suerte.
Lo mismo pasa con un ingeniero, un administrador o un abogado. Pero enfocándonos en el oficio de escritor, la batalla por publicar un libro y ser reconocido como un gran narrador o narradora, tiene como punto de partida sobrevivir de distintas maneras, sobre todo, trabajando en lugares que nada tienen que ver con las letras. Debido a esto, a continuación les presentamos una lista sobre los trabajos más extraños que cinco grandes escritores tuvieron antes de marcar historia en la literatura.
1. Dan Brown. A pesar de no tener muy buen prestigio en el ámbito literario, el escritor estadounidense ha cosechado una inmensa fortuna por las millonarias ventas de sus libros. Y seguramente, si ya leíste el “El código Da Vinci” o “Inferno” no te será fácil imaginar que el creador de estos bestsellers intentó hace muchos años ser una gran estrella de la música pop. Lamentablemente, no tuvo nada de suerte y sus discos fracasaron. Muchas de las canciones se pueden descargar en la red, aún en sus versiones originales.
2. Francisco Tario. El excéntrico escritor de culto fue en su juventud portero del Club Asturias, un legendario equipo mexicano de fútbol que tuvo sus glorias en la década de los 40. Extraordinario cuentista y creador de un universo fantástico, era un gran aficionado al séptimo arte, y tuvo la oportunidad de ser propietario de los cines Rojo y Río de Acapulco, donde residió hasta finales de los años cincuenta, cuando se mudó a España, donde murió, en Madrid, en 1977.
3. Boris Vian. Cualquier persona que hubiera conocido al joven estudiante de ingeniera metalúrgica Boris Vian, jamás se hubiera imaginado el giro de 180 grados que su vida estaba a punto de dar. En 1942, ya titulado, cambió el mundo de las ciencias y se dedicó a escribir obras como “La espuma de los días” y “El Lobo-Hombre”, que lo consolidarían como uno de los escritores franceses más importantes del siglo pasado. Por si fuera poco, Boris Vian era uno de los mejores amigos de Jean-Paul Sartre y de Simone de Beauvoir, colaboró en el periódico Combat junto a Albert Camus, y como la cereza del pastel, incursionó en el jazz tocando la trompeta.
4. T.S. Eliot, poeta y dramaturgo estadounidense, también se une a esta lista de trabajos que nada tienen que ver con la literatura por su corta labor como empleado en el banco Lloyds de Londres. Ahí se estableció sin mucho entusiasmo durante un par de años, con el único objetivo de ganar dinero para mantener a su esposa enferma mientras escribía poesía y se ocupaba de la revista literaria The Criterion.
5. Harper Lee. Después de terminar sus estudios en la Universidad de Alabama en Tuscaloosa, Harper Lee de 23 años de edad, se trasladó a Nueva York en 1949 para cumplir su sueño de convertirse en escritora. Pero mientras eso pasaba, Harper tuvo que trabajar vendiendo boletos para la aerolíneaEastern Air Lines, y curiosamente, ahí mismo conoció a un generoso amigo que le ofreció como regalo de Navidad un año libre de trabajo con goce de sueldo para que pudiera dedicarse a la escritura. El resultado final fue su primera y única novela, “Matar a un ruiseñor”.
Por Orianna Martínez
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