miércoles, 11 de marzo de 2015

BEI DAO, POEMAS


 
Bei Dao

1972-1978
Respuesta
La mezquindad es el salvoconducto del mezquino,
la nobleza el epitafio del noble.
Mira, en medio del aire chapado en oro,
atiborrados flotan los reflejos retorcidos de los muertos.
La Era de Hielo ha terminado,
¿por qué abundan los carámbanos?
El Cabo de Buena Esperanza fue descubierto,
¿por qué en el Mar Muerto contienden mil navíos?
Vine a este mundo
llevando nada más papel, cuerda y mi sombra
para poder, antes del juicio,
proclamar aquellas voces condenadas.
Te digo, Mundo,
¡yo--no--cre--o!
Tal vez mil contrincantes yacen bajo tus pies,
entonces considérame el milésimo primero.
No creo que el cielo es azul,
no creo en el eco del trueno,
no creo que los sueños son falsos,
no creo en la muerte sin retribución.
Si el mar está destinado a romper diques,
que toda el agua amarga se vierta en mi corazón.
Si la tierra está destinada a encumbrarse,
que la humanidad vuelva a elegir una cima para su existencia.
Nuevas conexiones de vuelo y estrellas titilantes
suturan densamente el firmamento raso.
Son pictogramas  de cinco mil años,
son las miradas fijas de los futuros hombres.


1979-1983
Fin o inicio
Para a Yu Luoke
Yo, estoy aquí parado
en lugar de otro hombre, asesinado
para hacer que, cada vez que se alce el sol,
grave sombra igual que un camino          
atraviese la patria entera            
Desconsolada neblina
cubre los tejados, desigual y azarosa manta de retazos
encima y en medio de las casas
las chimeneas escupen una muchedumbre cenicienta
calor emana desde las copas relucientes de los árboles
suspendida encima de las colillas empobrecidas
desde una, otra y cada mano cansada
se desprende una nube alicaída y negra
En nombre del Sol
la oscuridad saquea en pleno día
callar sigue siendo la historia del Este
en los antiguos murales, el pueblo
calladamente vive por siempre
calladamente va muriendo
Ay, tierra mía
¿por qué no cantas ya?
¿Acaso aún las sogas de los remolcadores del Río Amarillo
igual que unas cuerdas de arpa desgarradas
ya no resuenan más?
¿Acaso el tiempo, ese lúgubre espejo,
también te ha dado la espalda para siempre
dejando sólo estrellas y nubes a la deriva?
Yo te estoy buscando
una y otra vez dentro de los sueños
en una, otra y cada neblinosa noche o madrugada
busco primavera y manzanos
etéreas oleadas de brisa suscitadas por las abejas
busco mareas altas y bajas en los litorales
gaviotas de luz solar sobre las crestas de las olas
busco leyendas encajadas en los muros
tu nombre y mi nombre olvidados
Si la sangre fresca pudiera hacerte fértil
sobre las ramas del mañana
las maduras frutas
guardarían mi color
Debo admitir
ante la gélida luz blanca de la muerte
yo, temblé
¿Quién quisiera ser meteorito
o helada escultura de una víctima
viendo el inextinguible fuego de la juventud
pasar en manos de otro?
Aún cuando palomas descienden sobre sus hombros
no podrá sentir el calor de sus cuerpos y su aliento
arreglarán sus plumas
y volarán deprisa
Yo soy humano
Necesito amor
anhelo, en los ojos de mi amante
pasar cada anochecer sereno
en el vaivén de la cuna
esperar el primer llanto de mi hijo
en el césped y en las hojas caídas
en cada mirada sincera
escribir poemas de vida
este deseo tan común y corriente
hoy se ha convertido en el valor total de ser humano
En mi vida
muchas veces he mentido
pero siempre respeté con honradez
una promesa que hice de pequeño
por eso, aquel mundo incompatible
con el alma de niño
jamás pudo perdonarme
Yo, estoy aquí parado
en lugar de otro hombre, asesinado
no hay otra opción
en el lugar donde yo caiga
habrá otro que se levante
por encima de mi hombro, el viento
por encima del viento, manadas de estrellas centelleantes
Tal vez algún día
el Sol será una marchita corona de flores
colgada en las lápidas
de cada luchador invencible         
mientras crecen igual que un bosque
cuervos, revoloteando
pedazos de esta noche
Nota: Yu Luoke, poeta asesinado a principios de los años setenta. En palabras de Bei Dao, el poema: “Es una crónica de nuestra trágica e indignada protesta en un período trágico e indignante.”
1 Desde tiempos antiguos, en China han existido los remolcadores de barcas sobre los grandes ríos. Son varones quienes mediante gruesas sogas tiran los navíos corriente arriba, caminando en fila sobre la orilla. Trabajan completamente desnudos porque suelen provenir de las familias más pobres y el tipo de trabajo implica que la ropa se desgaste muy rápido.


1996-2000
Entrega de prensa
quién cree en el llanto de la máscara
quién cree en la nación en lágrimas
la nación ha perdido la memoria
la memoria se vuelve madrugada

el niño que reparte periódicos sale temprano
trompeta desolada repica por toda la ciudad
es tu mala fortuna o la mía
ay, vegetales de nervios frágiles
campesinos plantan sus manos en la tierra
ansiando asir el lingote de oro de la buena cosecha

políticos sobre sus propias lenguas
esparcen pimienta en polvo
y un bosque de abedules está discutiendo
si sacrificarse por el arte o por puertas

esta madrugada pública
creada por el pequeño repartidor de periódicos
una revolución se escabulle a la vuelta de la esquina
él se durmió


No
la respuesta se sabrá muy pronto
el calendario, aquel resplandor mentiroso                        
ya se está reflejando sobre su cara

próximo a olvidar próximo
monólogos de campo abierto
próximo a “Patria” esta palabra
la desesperación que contiene

granos de trigo orondos
ay, el llanto de la madurez
esta noche la más fiel soledad
lo guiará en su camino

él a todos los días en fila
y parloteando sin cesar
les dijo No


Cacería
la maestra hace mucho que se ha decolorado
pero cose los fragmentados diarios
como una intermediaria
por el pasillo de la evolución continua
todo el grupo persigue al conejo
¿quién lo va a desollar?

la puerta trasera lleva hacia el verano
la goma jamás lo podrá borrar
las líneas de puntos se vuelven rayos de sol
el alma del conejo vuela bajo
buscando a alguien para reencarnar
esto es una historia, hace muchos años
alguien tenía las orejas paradas

un vistazo hacia el cielo a hurtadillas
y nosotros, los lobos mamando de la linterna roja
ya hemos crecido, ya somos hombres


2010-2013
Colega
qué pesado este libro, como ancla
se hunde en las explicaciones del sobreviviente
tu cara como reloj al otro lado del océano
imposible conversar
palabras toda la noche flotan sobre el mar
a la mañana, de repente, levantan el vuelo
la risa cae dentro del tazón vacío
el Sol gira sobre el gancho de hierro en la carnicería
el primer turno del transporte público sale hacia
la oficina de correos más allá de los campos
ay, en medio de esas variaciones verdes
el Rey de la Despedida
rayo, el cartero de la tormenta
pierde su camino más allá de los días floridos
como sombra te sigo de cerca
desde el salón de clases hasta la cancha deportiva
bajo los álamos que crecen desenfrenadamente
nos volvemos pequeños, tomamos caminos separados

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