martes, 24 de marzo de 2015

PRÓLOGO DE BENJAMÍN ARAUJO MONDRAGÖN A APUNTES DE LILITH DE BLANCA AURORA MONDRAGÓN

Apuntes de Lilith de Blanca Aurora Mondragón
Ediciones Verbolibre y Ganando Espacios
México, D. F., 2015

Prólogo de Benjamín Araujo

Testimonio muy claro del trabajo periodístico de Blanca Aurora Mondragón, en dos vertientes esenciales, el feminismo y la crítica, es esta compilación de los artículos publicados por ella en los últimos tiempos; recopilación que tiene la virtud de capturar, a su vez, como marco de referencia: la vida cotidiana a través de una perspectiva de objetividad y sencillez que entrega como resultado, la amenidad, el interés, pero, sobre todo, la claridad.

No es casualidad que haya iniciado y terminado el anterior adjuntándole el adjetivo “muy claro”, y el sustantivo “claridad”, a estos testimonios. Resulta luminosa la sencillez de la autora al abordar uno o el otro tema, los oficios narrativos de Blanca Aurora son utilizados en este caso, con la dificultad de lo sencillo, para conseguir conectar de inmediato con sus potenciales lectoras, lectores, hasta lograr un ambiente relajado de plática, de charla. Y es precisamente lo que la luz provoca: claridad, el instrumento de esta gambusina de la palabra para bordar periodismo y abordarlo.

No pontifica la escritora, metida a periodista, sino reflexiona en voz alta. En ningún momento asume condiciones magistrales, o de cátedra, y es no obstante pedagógica su voz cuando de argumentar se trata. Amplias pruebas de lo que afirmo localizamos en estos artículos coleccionados. En estos textos, dos docenas de ellos divididos en dos apartados, ya lo dijimos, para el feminismo y para la crítica, hay sendas incursiones en lo cotidiano, con un ducho sabor coloquial, que se permiten el lujo de pelear contra la efímera vida que suele tener el trabajo periodístico. Se trata del artículo como género periodístico que regala muestras palpables de precisión y buen gusto literario, no obstante lo cual no pelea con su condición, sino demuestra que gana más el lector con una escritora metida al periodismo, que en sentido inverso, como lo hemos podido comprobar en muchas ocasiones; lo que no quiere decir, ni mucho menos, que no haya hallazgos valiosos en ese otro caso.

“Apuntes de Lilith”, le ha llamado Blanca Aurora a este hato de opiniones, como para significar, y que no quepa duda, aunque su contenido en cada caso no permita confusión ninguna, que hay una mano femenina, un estilo y un cerebro de mujer, detrás de cada una de las palabras, de las oraciones, de los párrafos y de cada artículo. Y, a su vez, las simétricas partes en que se divide el volumen, se llaman respectivamente “De Lilith” y “Desde Lilith”, con una lógica rotunda. De modo que la ficción de Lilith, la de la voz  contante y analizante, busca complicidades en “De…”, para extender su militancia feminista; vale decir y presagio que con amplio éxito; y “Desde…” comparte una problemática de todos los días, en un tiempo y un espacio concretos, los nuestros de la Toluca a la que hemos sido convidados. Esa ficción, voz implicante, Lilith, consigue los dos objetivos, que son uno sólo: involucrarnos.

Así, en “De Lilith”, vemos desde el extraño caso, y no tanto, de las mujeres automáticas, inconscientes seres reproductores del yugo que las determina, hasta la obsesiva búsqueda por adelgazar, como una moda esclavizante, pasando por los machos de bajita la mano, que no saben vivir en otro espacio que no sea montados arriba del terraplén que nuestra cultura les (nos) ha construido:

Pero ¿a qué viene esto si los hombres también se han modernizado, no? Pues algunos sí y algunos no. Hemos hablado de que los cambios son difíciles de aceptar, y para ellos más, porque no es tan fácil dejar la silla del trono, tan calientita toda ella y poner los pies en la tierra o suelo firme que es tan duro y todo eso, pues cómo va a ser sencillo, por favor, por favor mujeres, qué es esa horrible incomprensión hacia aquellos pobres entes que no saben vivir sino arriba, porque ese “arriba” les fue dado, puesto que nacieron con la fortuna de ¡es varón, Dios mío, qué felicidad! y, de pronto, para el mundo entero (otros hombres y mujeres) resulta imposible pedirle peras al olmo ¿no creen ustedes? ¿Cómo pedir apertura de mente a quienes se les grabó con hierro aquel asunto, tan grabado que no les deja incubar otras maneras de ser y vivir?...

…Pasando por un Feminismo práctico, una declaración de fe, o la condena y gloria de ser mujeres, en las buenas y las malas…

En tanto que “Desde Lilith”, Mondragón nos otorga la posibilidad de cotorrear desde el significado del Año Nuevo, con todas sus implicaciones, las revistas de moda hasta los regalos y su significado en la sociedad que nos ha tocado. Nos pone a pensar en la génesis del Día del Padre, los problemas viales en Toluca, nuestra desfachatada incivilidad peatonal o automovilística; y aprovecha para pedirle al ciudadano o ciudadana, ciudadanos comunes que leamos, y por qué lo debemos hacer.

No son pocos los asuntos en que, desde una regocijada amenidad, incursiona Blanca Aurora Mondragón en esta compilación periodística de la que, como colección nos tenía ayunos.

Bien nos va a ir a los incursionistas lectores que atrevamos el paso de los ojos por las páginas de este libro. Garantizo de antemano que no habrá decepcionados en ese atrevimiento.

Y como bien conozco la inutilidad de estas puertas acostumbradas a impedir el libre tránsito lector que son los prefacios, prólogos o como se les llame… me retiro, los dejo en buenas lides con la certeza de que habrá lectura fructuosa y agradable, en el mejor sentido de ambos términos.

Benjamín Araujo Mondragón
Toluca, México.

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