miércoles, 6 de agosto de 2014

TODO LLEGA CON EL TIEMPO, Pablo Udenio

PABLO UDENIO

Y HACIENDO CINE.

TODO LLEGA CON EL TIEMPO





La historia jamás es lineal. Más que la coherencia, la naturaleza de la historia humana probablemente sea la contradicción. Mientras la industria del cine argentino terminaba de caer a un abismo, simultáneamente comenzaban a abrirse otras puertas que serían cruciales con el tiempo. En medio del vendaval, Pablo Udenio y Hernán Guerschuny fundaban Haciendo Cine en 1995.
El año ’95 no fue sólo la mitad de la década y de la reelección de Carlos Saúl Menem, sino que fue también una bisagra. Aparecía la nueva Ley de Cine, que llevaba al video (el fenómeno de los ‘80s y de los ‘90s) y la televisión a aportar dinero para el financiamiento del cine nacional. Ese 1995 también llegaba a la pantalla la primera edición de Historias Breves, compendio de cortometrajes realizados por estudiantes de la Universidad de Cine, y que en esa tanda incluyó los nombres de Daniel Burman, Adrián Caetano, Jorge Gaggero, Tristán Gicovate, Sandra Gugliotta, Lucrecia Martel, Pablo Ramos, Bruno Stagnaro, Ulises Rosell, Andrés Tambornino,Paula Hernández. Pocos años después regresaba el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (1996, luego de una ausencia de más de veinte años),  nacía el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici, 1999), y las camadas de directores de esos años ganaba reconocimiento en el exterior.

Pablo Udenio, director de Haciendo Cine
Udenio y Guerschuny eran estudiantes de cine por aquel momento y no se identificaban con ninguna de las dos principales publicaciones, que eran El Amante y Film. El Amante (que tenía al crítico Quintín – luego director del Bafici – a la cabeza) se paraba más desde el lado de “la crítica dura” y Film (con Sergio Wolf y Fernando Peña en la dirección – Peña se hizo cargo del Bafici a mediados de los 2000 y luego lo sucedió Wolf hasta la actualidad -) lo hacía “desde la teoría”. En lugar de eso, buscaban generar algo que se ubicara desde el punto de vista de la práctica y por eso tomaron de modelo la revista estadounidense Filmmaker.“Queríamos reflejar cosas que en ese momento sentíamos no había en ningún medio de cine en la Argentina”, recuerda Udenio. El primer número salió a la calle unos meses antes de que se recibieran y, en el principio, la tapa de la revista portó una leyenda que decía Un espacio para los estudiantes de cine.
En sus primeros pasos, Haciendo Cine “tenía un espíritu bastante de guerrilla”. Udenio y Guerschuny hacían todo y la bimensualidad que se suponía iba a cumplir la revista no siempre se respetaba; todo era un aprendizaje. El primer número vendió alrededor de 300 ejemplares (la mitad de lo que habían impreso), a lo que los kiosqueros les dijeron que “era un buen número”. En aquel momento recorrían kiosco por kiosco. El presente los ve en un rol más gerencial,“controlando que las cosas funcionen, que la empresa no se caiga. Supongo que son las cosas que vienen con crecer. (…) Una de las cosas que cambiaron es que aprendimos a permitir que otras miradas también se involucren”, dice Udenio, y hace referencia al trabajo del actual editor Esteban Sahores y la asistente de redacción Micaela Berguer.
HACIENDO CINE Y HACIENDO CINE
Haciendo Cine tiene su versión online, pero sigue concentrándose en su edición impresa. Udenio explica que salir con una revista en papel es muy caro, pero considera que las opciones digitales todavía no están listas para ofrecer sustentabilidad económica: “Deseo profundamente que la zona de consumo de medios a través de ya sea Internet o aplicaciones, versiones para tablets, etc, alcance un grado de fuerza mayor, porque para mi estructura económica sería ideal y me resolvería un millón de problemas desde lo económico y de producción. Pero, lamentablemente, creo que todavía no estamos ahí. No es esto decir que no vamos a llegar a estar ahí, ni tampoco afirmar con total contundencia que sí. No lo sé. La verdad, es que de esto se viene hablando mucho desde hace mucho tiempo y si vos analizás los números y ves los análisis de las conductas de consumo de medios culturales a través de los medios electrónicos, no terminan de estallar”
Mientras tanto, Haciendo Cine acaba de comenzar una nueva etapa de producción. En 2014 estrenaron El Crítico, ópera prima de Guerschuny, con éxito – llegó al top ten de películas argentinas más vistas del primer semestre -. “La revista nos abdujo por demasiado tiempo”, sonríe Udenio y agrega que producir films  “es parte de un proyecto. Digo, la revista no por casualidad se llama Haciendo Cine”.
Udenio plantea que desde la revista siempre buscaron llegar a una comprensión de la industria y sus mecanismos. Ese entendimiento “nos hizo sentir mucho más cómodos cuando tuvimos que ser, como decís vos, los mirados. Y nos ayudó a cometer yo creo que una importante cantidad de errores menos. Igual, por supuesto, no te quepa la menor duda de que cometimos un montón”.
Durante el año, se estrenaron 131 largometrajes locales de distintos géneros. y en 2013 el cine fue declarado industria (de hecho, el Ministerio de Industria ahora tiene un área dedicada al rubro). Sin embargo, la difusión y la distribución siguen siendo un problema. El blog Taquilla Nacional, de Mariano Oliveros, enumera una larga lista de puntos que vale la pena leer y que aportan a la discusión.






EL FUTURO DE LAS REVISTAS CULTURALES
Una presencia constante en las notas de este número de Emprende Cultura es la de AReCIA y el proyecto de ley de fomento a las revistas culturales independientes. A cada entrevistado se le preguntó al respecto. Para Udenio, “es muy difícil aceptar que las cosas puedan continuar en el mercado de las revistas culturales de la manera en que se están dando. En el sentido de que las revistas culturales sin duda merecen protección especial. No tengo ninguna duda”
En el sistema actual, argumenta Udenio, revistas culturales de estructura pequeña o mediana se ven forzadas a competir con grandes corporaciones. No son solamente los costos de producción que afectan a las revistas independientes, sino también los canales de distribución.“El sistema está armado para expulsarnos”, sentencia Udenio. “Si no nos cuidan, estamos todos los meses con riesgo de desaparecer. No puede ser que haya leyes proteccionistas para libros y otras manifestaciones culturales, y no para los medios culturales independientes. (…) La cultura es un capital que los gobiernos tienen que tratar de cuidar cuando se ve en peligro, y nosotros actualmente estamos en peligro”


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