martes, 6 de noviembre de 2012

CONSISTENTE, QUE NO FRÁGIL, POETA


La frágil pena que se llora, de Yabel René Guadarrama Rivera
CONSISTENTE, QUE NO FRÁGIL,
POETA


Pocas veces me sucede, y ésta es una de ellas, en que sea lamentable terminar una publicación. Es el caso de la plaqueta La frágil pena que se llora, de Yabel René Guadarrama Rivera, en que resulta tan deleitante, pero efímero, el placer de leer poesía que uno queda con el deseo de que hubiera permanecido y se hubiera prolongado este gozo tan maduro y consistente, producto sin duda no de la casualidad sino del trabajo lector y escribano.
Sucede pues como cuando un niño goza de un dulce preferido y éste amenaza con terminar su vida, pero el niño la prolonga con lamerla muy poco a poco, para que no se acabe. Pero en el caso de esta paleta/plaqueta con cierto amargo acíbar uno, como lector, no tiene más remedio que volver y volver a ella para saciar su gozo…que en este caso sí resulta prolongado, muy largo y deleitoso.
Yabel nos demuestra con esta publicación, apenas de diciembre de 2011, que ha madurado como poeta enormidades, y que es digno representante de la tierra de Genaro Robles Barrera          –Josué Mirlo–, lo que no es decir poca cosa.
La plaqueta La frágil pena… se divide en cuatro partes. Se trata en realidad de un poema, una unidad de largo aliento, que bien vale seguir con ojo avizor de lector atento pues contiene un discurso muy solvente, muy sólido y consistente, de carácter filosófico, especialmente ético que pretexta, en el inicio, un protagonista falto de cordura, para alimentado en la rigidez de la lealtad proferir una severa crítica al mundo actual; de ahí el desencadenamiento del desconsuelo y la tristeza de la voz que habla.
Pero qué mejor que citar y fortalecer lo que hasta aquí se dice con los propios versos de Yabel René; y me parece ideal ejemplo, casi tomado al azar la cuarta parte con que se cierra el poema y plaqueta:
IV
Es tan pesado cargar con culpas ajenas
que a veces las propias
no pueden ser lloradas a tiempo.

por eso se desesperan,
y suplican por salir y cuando lo hacen
las lágrimas que habrían de servir
de mortaja para endulzarlas
resultan más amargas que el remordimiento.

Pero, ¿Por qué digo estas cosas extrañas?
¿por qué me condeno hablando si todo me duele?

Me duele existir
y me duele la vida de los que esperan
con ansia la llegada del amor
que tarda en hacer acto de presencia.

Y cuando lo hace, es el menos indicado
porque hiere, lastima, lacera el alma
y se disemina en un millar de fragmentos
que engendran tempestades de ausencia.

No debo dejar de advertir que esta plaqueta fue subsidiada por el propio autor, lo que hace más loable todavía, lo que aquí he venido diciendo.
Termino aseverando, como lo dije al inicio, que esta plaqueta es la prueba fehaciente de la entrada de Guadarrama Rivera al mundo de la poesía, no sólo estatal, sino con severos pasos nacionales.
Felicitemos al autor y pidámosle, como sus lectores, que no deje de escribir, sin menoscabo de las prácticas docente, dancística y fotográfica a las que también se dedica con ánimo artístico incansable.


Metepec, México, 7 de noviembre de 2012.
Parque Bicentenario.

Benjamín Adolfo Araujo Mondragón.

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