Fuego en voz alta para encender la primavera
Vibro
Estoy cantando Ilumino la oscuridad cantando De la fruta ligeramente amarga del corazón se levantan delgadas capas de una suave corteza Capas ligeras como el aroma que se desprende bajo el sol de un paquete compacto de grandes hojas de tabaco Estoy cantando Me descubro extendiendo mi voz como la piel de un animal que se pone al sereno llena de sal y estacas estirada en la noche como una mancha Estoy cantando Voy extendiendo la noche como una piel enorme y clavo las estacas de mi canto en la piel de la noche y la cubro de sal con la sal de mi canto y la pongo a secar con el calor pálido de la Luna bajo el temblor de las estrellas Abro la noche en dos Afilo las estacas doradas de mi canto Parto su corazón luminoso Y lanzo la blanca sal de mi palabra sobre la piel recién desollada de la noche y la pongo a secar con las estrellas pálidas Abro en dos cada estrella y de su corazón cercenado por la estaca feroz de mi palabra brota mi canto para regar de polvo estelar mi corazón sombrío Y parto en dos mi corazón sombrío y en mi mano sólo brilla una estrella alargada y en el fondo de mi sombrío corazón sólo hay polvo de estrellas que cae sobre la piel recién cortada de la Medianoche que se extiende clavada contra un cielo vacío donde sólo hay un canto como sal derramándose Estoy aquí Oigo las cosas crepitar bajo un incendio subterráneo Me persigue cada ínfimo sonido de la noche cada rama delgada cada crujido leve de la hojarasca Cantando he hundido mi mano hasta el fondo de mi sombrío corazón y no sangre y no dolor sólo mi mano resplandeciendo de polvo estelar vibra bajo la noche Y estoy cantando Y estoy ardiendo Y hay un enjambre luminoso en mi palabra negra Yo soy la lengua de la noche Soy sus negros pulmones Y canto Y ardo Y me desprendo en capas sucesivas en delgadas cortezas de mí mismo como el aroma de las hojas compactas de tabaco bajo la mano bienhechora del sol Ah pero la noche hizo fogatas bajo las construcciones Y hay hombres calentando sus manos junto a las fogatas Y los hombres tiemblan de frío y repiten entre dientes mi canto y una fogata interna los calienta y humean y se desprenden de sí mismos cantando como en delgadas capas como en cortezas sucesivas Y en las casas hay madres preocupadas agitando termómetros que vigilan la fiebre de sus hijos Y hay hijos convalecientes que agradecen con la flor débil de su risa los labios de las madres sobre su frente febril Y los niños febriles y las madres cansadas cantan entre dientes conmigo Y la luz los arropa Y hay un enamorado con los ojos llenos de noche que prepara una soga y hay un adolescente arrodillado frente a un arma pequeña y hay una joven fea preparando somníferos y una muchacha hermosa preparando veneno y desde la ceniza de su amor quebrantado asoma poco a poco mi canción y sube a su garganta y mueve con dificultad sus mandíbulas tensas y entre dientes repiten mi canto y una sonrisa cada vez menos triste va naciendo en sus ojos y el Orgullo comienza a crecerles por dentro como una rama tierna Canto Y mientras canto la Noche se desliza por el tren subterráneo donde los hombres danzan una danza lentísima con los brazos en alto sujetando quién sabe qué Seguridad inútil con los ojos vacíos o llenos hasta el borde de un material vacío o mirando al vacío y reflejándolo en el espejo tibio de sus ojos Danzando apenas con un ademán ciego y detenido en el aire y sus piernas valsando un ritmo cada vez más ruinoso a medida que el tren comienza a detenerse para entrar en la próxima estación Y las manos otra vez empuñando con desesperación ese poco de Seguridad mientras beben el aire narcótico y la noche del túnel se alarga nuevamente con un temblor que vibra bajo la danza insomne de los hombres que avanzan con los ojos abiertos hacia un futuro pequeño Y yo canto mientras la noche y su billón de pies danzando muellemente sobre el tren subterráneo les da a los hombres un espejo sucio donde ellos sólo miran el vacío Pero todos los hombres cantan de pronto conmigo y el cielo vuelve a descansar sobre sus rostros con sueño Y sueltan la seguridad y flotan y van a la salida levitando mientras la Noche teje un alba lentísima Cantemos todos ahora Sumerjamos nuestras manos en el polen oscuro de la noche Hundamos nuestras manos hasta el fondo del corazón sombrío Veamos nuestras manos iluminadas por el polvo estelar Lavemos nuestras manos en el agua celeste Con la mano derecha hagan más grande la concha de su oido: mi canto llega más allá de la estrella polar porque de más allá viene mi canto. De: Música lunar, 1991 |
EFRAÍN BARTOLOMÉ
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