martes, 2 de julio de 2013

Mi deseo, BENJAMÍN A. ARAUJO M.

MI DESEO


Mira mi voz,
es una flama
que se contagia con tus ojos.
Oye mi soledad,
es laberinto
que nunca cesa de llamarte.
Mi corazón
es una rata
que brinca mucho,
por desearte;
que se esconde curiosa,
inatrapable,
por elevarse hasta tus piernas,
y abrasarte,
y abrazarte,
como ocurrió
antes de tú irte.
No me propongo confesarte
que naufragué
cuando te fuiste.
Ni he de cantar
delante todos
que me anegué
pues te secaste.
Ni he de decir,
oh paradoja,
que me sequé
porque te hundiste.
Nunca, ¿lo escuchas bien?,
me enmudeciste;
si ya no quise hablar,
tú no tienes que ver:
por todo eso, yo opté,
yo así lo quise.
Índice es mi deseo,
y te señala en la memoria;
no obstante, nada queda
por esas huellas impropias
que ya no pude borrar
de mi memoria.

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