Por Mark Strand
Versión: Jeannette L. Clariond
"La escuela de Wallace Stevens",
de Harold Bloom. Vaso Roto, 2011
"La escuela de Wallace Stevens",
de Harold Bloom. Vaso Roto, 2011
En aquel tiempo cuando el pasto era verdoso
y sobre los árboles marmóreos caía la luz como cae sobre los
monumentos en el perfumado viento, y todo el campo palpitaba
con el gorjeo y los murmullos de los insectos, recostado en el pasto,
sintiendo la gran distancia abrirse sobre mí, me preguntaba
qué sería de mí —y dónde me encontraría a mí mismo—
y aunque apenas existía, sentí por un instante
que el vasto cielo con sus estrellas era mío y escuché
mi nombre como si por primera vez lo escuchara de la forma
en que uno oye el viento o la lluvia, aunque débil y lejano
como si perteneciera, no a mí, sino al silencio
de donde ha llegado y al cual regresará.
y sobre los árboles marmóreos caía la luz como cae sobre los
monumentos en el perfumado viento, y todo el campo palpitaba
con el gorjeo y los murmullos de los insectos, recostado en el pasto,
sintiendo la gran distancia abrirse sobre mí, me preguntaba
qué sería de mí —y dónde me encontraría a mí mismo—
y aunque apenas existía, sentí por un instante
que el vasto cielo con sus estrellas era mío y escuché
mi nombre como si por primera vez lo escuchara de la forma
en que uno oye el viento o la lluvia, aunque débil y lejano
como si perteneciera, no a mí, sino al silencio
de donde ha llegado y al cual regresará.
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