miércoles, 23 de abril de 2014

LA METAMORFOSIS DE UN ÁNGEL DE LUZ

LA METAMORFOSIS DE UN ÁNGEL DE LUZ


 “Nadie que haya visto una fosa común en Ruanda se atrevería a negar la existencia de Satán.”

    Para quienes somos amantes de la ciencia ficción y en especial de la saga Stars Wars, no nos pasa desapercibido el nombre de Anakin Skywalker, un joven idealista que lucha a favor del bien, pero que luego sufre una transformación paulatina que lo lleva a unirse al lado oscuro y a convertirse en Darth Vader. Pareciera que George Lucas, el creador de este personaje se hubiera basado en  uno de los principales actores bíblicos: Satanás.

    Aun teniendo poco conocimiento bíblico, muchas personas tienen nociones del proceso que llevó a la metamorfosis  de uno de los ángeles de Dios. Esto lo condujo a convertirse en el enemigo número uno de su propio Creador. ¿Cómo pudo ocurrir tal cosa? Si las creaciones de Dios son perfectas ¿Cómo pueden desviarse o sufrir averías? Al igual que sucedió con Adán Y Eva, este ex-ángel incluía en su diseño el libre albedrío. Por lo tanto no fue un error del fabricante (Dios) sino del mal empleo que el propio ángel le dio a ese instrumento del que fue dotado. Luego de su creación, recibió instrucciones de cómo utilizar el dispositivo adjunto. Por un buen tiempo siguió las indicaciones del uso apropiado que debía dar al libre albedrío, pero con el paso del tiempo se alejó de las directrices y la creación se echó a perder hasta el punto de no poder ser reparada.

    Antes de convertirse en un espíritu malvado, Satanás era uno de los querubines de Dios, es probable que tuviera alguna comisión en el jardín de Edén y que al estar en contacto con los hijos humanos de Dios, y viera de cerca la adoración que estos rendían a su creador, empezara a ansiarla para sí. Una de las muestras generosas de Dios es que toda su creación es bella, y este antiguo querubín lo era.

     Esto es lo que menciona el profeta Ezequiel en el capítulo 28 del libro que lleva su nombre. Esta profecía al igual que muchas otras tienen más de una aplicación y aunque  la sentencia comienza contra la dinastía Tiria, también se dirige a Satanás cuando dice: “En Edén, el jardín de Dios resultaste estar. Toda piedra preciosa fue tu cobertura: rubí, topacio y jaspe; crisolito, ónice y jade; zafiro, turquesa y esmeralda, y de oro era la hechura de tus engastes y tus encajaduras en ti. El día en que fuiste creado fueron alistadas. Tú eres el querubín ungido que cubre…Estuviste exento de falta en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se hallo injusticia en ti”. Es de notar que en la Biblia a veces se utiliza las piedras preciosas para simbolizar cualidades de cosas o personas celestiales o espirituales. Por lo que podemos estar seguros que Satanás era un ser de una belleza increíble. Por supuesto, su hermosura no era física, sino espiritual. La biblia describe en términos humanos las realidades celestiales, con el objetivo de que sean accesibles a nuestro entendimiento, por eso la representación de la belleza del diablo está expuesta de manera que sea comprensible para nuestra visión limitada.

     A diferencia de la manera en que es presentado en la biblia, la tradición humana, ha dibujado a Satanás con cola, cuernos y pezuñas. Cabe la posibilidad de que esta descripción se originara de los griegos, quienes creían en Pan y en los sátiros, dioses de los bosques de naturaleza lasciva, a los que con el tiempo se los representó con cuernos, cola y patas de cabra. Como consecuencia,  la iglesia del Medievo se agarró de esa creencia para darle al diablo una apariencia, que está muy extendida en la actualidad.

    En cuanto a la belleza de Satanás, Ezequiel menciona: “Tu corazón se hizo altivo debido a tu hermosura. Arruinaste tu sabiduría por causa de tu radiante esplendor”. En sus tiempos de Querubín, el diablo contó con la sabiduría necesaria para desempeñar cualquier misión que Dios le diera.

    Satanás no era el único que destacaba por su belleza, pero sus ínfulas cobraron intensidad y empezó a desear lo que solo por derecho le pertenecía  a Dios: recibir la adoración de humanos y  ángeles. Así que sus ambiciones mentales poco a poco fueron enraizándose en su corazón, hasta que implantó y entretejió la traición contra su Hacedor.

   Uno de los conceptos erróneos que se ha propagado desde hace mucho tiempo, es que Satanás es tan solo un símbolo del mal, una reliquia de la superstición medieval, en concreto: un invento humano. Y no es que estas ideas pertenezcan solo a los ateos o agnósticos. Incluso en círculos religiosos se tiene fuertemente asida la convicción de que el diablo es un personaje ficticio. Verbigracia, el Centro de Estudios Teológicos de Milán argumenta: “Colocar la culpa máxima en el diablo podría privar a la gente de su responsabilidad”. Por un lado, es cierto que la Biblia no absuelve a los humanos de rendir cuentas de sus acciones; pero también señala que este espíritu inicuo es el “dios de este mundo”. Por consiguiente, sus influencias en la humanidad son apabullantes.

    Además, si este argumento fuera verídico, tendría que negarse la existencia de Dios. Según el libro de Job, ambos mantuvieron una conversación, por lo que si el uno fuera utópico, el otro también lo sería. Hasta Jesucristo sería producto de la imaginación humana, porque Satanás también habló con él. Pero, el caso es que ni Dios ni Jesús, negaron la existencia de Satanás. Al contrario, en muchas ocasiones advirtieron sobre sus argucias. Por lo tanto, el diablo no es una  representación abstracta del mal, ni el lado oscuro de la personalidad de Dios.

   Otro razonamiento al que han llegado muchos es que Satanás trabaja para Dios. Esta tesis la han sacado de la tergiversación del libro de Job. En  los libros apócrifos de los Jubileos y la Regla de la comunidad de los hombres de Qumrán, se representa al diablo negociando con Dios y al mismo tiempo sometiéndose a Su voluntad. No todo quedo ahí. El historiador Jeffrey B. Russell, en su libro “El príncipe de las tinieblas” explica que el reformador protestante Martin Lutero consideraba al diablo una “herramienta de Dios”. También, el teólogo francés Juan Calvino hizo suya esta doctrina. Este tipo de creencias han contribuido a que mucha gente deje de creen en Dios, por considerarlo responsable directo del sufrimiento humano.

    Retomando la analogía del querubín que se transformó en el diablo y de Anakin Skyxalker en Darth Vader, me imagino las distintas etapas por las que transitó este ángel. Tuvo el privilegio de estar a los pies de su Creador. Trabajó en el macro-proyecto divino de la preparación del planeta tierra para que se convirtiera en el hogar de los humanos. Bajo la sombra protectora de Dios, pudo absorber grandes dosis de sabiduría. Durante milenios llegó a estar en compañía de sus hermanos espirituales, laborando arduamente a favor de los máximos ideales a los que un hijo de Dios pudiera aspirar. Sin embargo, tal como sucedió con Anakin, el querubín se cambió de bando. Es más, en su caso, creó un bando, porque antes de su metamorfosis, no se practicaba la rebelión.


Como colofón, Anakin se retractó al final y volvió a encauzar su vida por la senda de la luz. A Satanás nunca le sucederá eso. El sabe a la perfección que su futuro está escrito y se cumplirá indefectiblemente.

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