Fernando Benítez (1990)
Siempre que emprendo una tarea que juzgo importante, recurro a Vicente Rojo. En 1980, mientras él pintaba en París, yo aquí en México me enfrentaba al trabajo monumental de escribir y de reunir por todo el mundo ilustraciones referentes a la historia de la ciudad de México.
Vicente extendía códices, grabados, mapas, litografías, fotos, en el suelo de mi biblioteca y, a gatas, seleccionaba lo que él creía valioso. Supo separar el texto ilustrado en las imágenes, darle unidad y belleza, y sin rubor puedo decir que ninguna ciudad posee una historia de esa magnitud, de ese orden y con ese número de ilustraciones. El libro es tan mío como de Vicente, y lo mismo ocurrió con una nueva edición de La ruta de Hernán Cortés, con los cinco volúmenes de Los indios de México y con todos mis libros publicados por Era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario