El poder simbólico y psicológico de la novela desnuda la perversidad que acecha tras la ilusión de progreso y civilización, pues además de la barbarie, el oprobio y los terribles efectos depredadores del colonialismo, muestra la inconsistencia del pensamiento que pretende justificarlo. Conrad nos sumerge en pleno corazón de las tinieblas, donde el hombre es despojado de todo aquello que le da sentido a su vida, donde los nombres no son sino sonidos y las posesiones adquieren un ridículo talante que se encuentra a merced del rugido salvaje de la naturaleza en ebullición.
Esta edición se presenta a los lectores con una renovada traducción a cargo del escritor y traductor Juan Sebastián Cárdenas, y se acompaña de imágenes y collages elaborados por uno de los artistas contemporáneos más importantes, Abraham Cruzvillegas.
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