Era de esas pocas noches
con la luna nueva,
de esas que adumbraban
las calles, de por si negras.
Era una de esas noches
y el joven poeta
desandaba, mucho más solo
y silencioso que de costumbre.
con la luna nueva,
de esas que adumbraban
las calles, de por si negras.
Era una de esas noches
y el joven poeta
desandaba, mucho más solo
y silencioso que de costumbre.
El cierzo espeso, típico
de una medianoche azul,
le arrullaba las rojas mejillas
y le traía marañas de risas,
de buen tono carmín, de hogar,
mas por la distancia se ennegrecían.
Paso a paso, más lejano,
paso a paso, más huérfano,
de una medianoche azul,
le arrullaba las rojas mejillas
y le traía marañas de risas,
de buen tono carmín, de hogar,
mas por la distancia se ennegrecían.
Paso a paso, más lejano,
paso a paso, más huérfano,
con la herencia de la madre,
blanca sangre y celeste desprecio.
Pues por bien sí tuvo ella
enseñarle a odiar en nombre de cruces.
Cuánto desdén sin origen
pueden guardar los jirones de cielo
que quedan, aún llenos
de prejuicio y moral, Crápula!
blanca sangre y celeste desprecio.
Pues por bien sí tuvo ella
enseñarle a odiar en nombre de cruces.
Cuánto desdén sin origen
pueden guardar los jirones de cielo
que quedan, aún llenos
de prejuicio y moral, Crápula!
Más la verdad también le deja
justo después de descubrirle,
pues el amor le fue regalo,
le fue misterio, le fue desgracia.
Le fue el Amor un mal hábito,
una marca específica de tabaco
que la soledad bien le recuerda
y que bien costea la caridad, so pena...
justo después de descubrirle,
pues el amor le fue regalo,
le fue misterio, le fue desgracia.
Le fue el Amor un mal hábito,
una marca específica de tabaco
que la soledad bien le recuerda
y que bien costea la caridad, so pena...
Y en su mustio paseo
inhalaba, débil, humo grisáceo
y exhalaba, con gemidos mal ahogados,
un vapor blanco, sin mañana;
Y demonios le rodeaban,
de esos que su agonía, larga,
tuvo el deshonor de presentarle
en sus cordiales visitas al camposanto;
inhalaba, débil, humo grisáceo
y exhalaba, con gemidos mal ahogados,
un vapor blanco, sin mañana;
Y demonios le rodeaban,
de esos que su agonía, larga,
tuvo el deshonor de presentarle
en sus cordiales visitas al camposanto;
Demonios inquietos, con hambre,
que al oído le gruñían,
como un clavicordio destemplado,
miles de maleficios, y una idea negra.
Estaciones enteras ha lutado
las ausencias, vivas o muertas,
de su existencia, trece veces condenada
por el veneno que en sus venas lleva.
que al oído le gruñían,
como un clavicordio destemplado,
miles de maleficios, y una idea negra.
Estaciones enteras ha lutado
las ausencias, vivas o muertas,
de su existencia, trece veces condenada
por el veneno que en sus venas lleva.
Ay que dolor, de injusticia... Crápula!
mientras el niño inhala y exhala
para fumarse el tiempo que pasaba,
y con la vista nublada, desandaba
en una de esas noches,
adumbrada por la luna nueva,
insensible antecesora del alba
que el poeta espera, no llegue
.............
Ya más!
mientras el niño inhala y exhala
para fumarse el tiempo que pasaba,
y con la vista nublada, desandaba
en una de esas noches,
adumbrada por la luna nueva,
insensible antecesora del alba
que el poeta espera, no llegue
.............
Ya más!
Kike Gómez
Diciembre 2014
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