lunes, 1 de diciembre de 2014

LAS GUERRAS DE LA GUERRA, Eduardo Galeno (Montevideo, Uruguay)

REFLEXIONES

EDUARDO GALEANO
(Montevideo-Uruguay)

LAS GUERRAS DE LA GUERRA

¿Despilfarro de recursos o recursos para defender el despilfarro? La organización desigual del mundo ¿podría sostenerse un solo día más si no estuvieran armados hasta los dientes los países privilegiados y las clases sociales acostumbradas al derroche?
La miseria de muchos amenaza la opulencia de pocos. Razones tiene para vivir en estado de alarma, durmiendo con un solo ojo, el puñado de países enfermos de consumismo y ostentación, atiborrados de objetos innecesarios, vorazmente lanzados al arrasamiento de los bienes de esta tierra. En un trabajo reciente, Jean Ziegler advertía que el mundo contemporáneo, mundo de hambrientos, produce cereales que podrían dar de comer a una población tres veces mayor que la que tiene. A los vientres de las vacas va a parar la tercera parte de los cereales; y en los países ricos, cuatro de cada diez personas mueren no de hambre, sino de gula, por el excesivo consumo de carnes y grasas.
A su vez, en otro trabajo también reciente, Jacques Chonchol ha demostrado que América Latina produce más calorías y proteínas que las que necesita su población. Y, sin embargo: la mitad de los latinoamericanos son niños, y la mitad de esos niños está desnutrida. Según la FAO, de cada cien niños latinoamericanos, 35 padecen desnutrición grave, que es el nombre que los técnicos dan al hambre. ¿Puede sorprender a alguien que los países más explotados gasten lo mismo en armas que en desarrollo agrícola? El dato puede y debe provocar indignación; sorpresa, nunca. ¿Acaso esos países no tienen dueños? Y esos dueños, ¿no tienen motivos para sentirse acosados? Los países subdesarrollados -que el pudor o la hipocresía dan en llamar países en desarrollo- han duplicado sus gastos militares entre 1970 y 1975. En el mismo período disminuyeron su producción de alimentos por persona.
Sin una bayoneta detrás de cada espalda, ¿cómo podrían gobernar, por ejemplo, quienes ahogaron en sangre la democracia en Chile? ¿De qué otro modo se podría lograr que millones de chilenos sobrevivan comiendo fideos, mientras los vencedores reciben cada día el pan baguette en vuelos desde París y beben whisky con agua de Escocia?



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