viernes, 26 de diciembre de 2014

HÌMEN *



MEN

Una oscuridad milenaria
reinaba en la caverna.
Apenas se percibía,distante,
el suave latir de las entrañas.
De ese cráter abismal
fluía como géiser
un vapor húmedo y caliente.
Tras la bruma pudorosa,
un firme velo escarlata
resguardaba el misterio virginal.
Todo era penumbra inocente...
Todo era mutismo ignorante...
Hasta que, imprevistamente,
un movimiento sísmico
reveló el origen de los tiempos.
Un trueno sicalíptico
tomó posesión de las tinieblas,
con feroz resplandor
estalló en mil puntos luminosos
y rasgó incólume
la membrana protectora.
Fue el ancestral deseo
contenido en la carne adormecida
que, como torrente volcánico,
irrumpió tempestuoso a la vida.

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