Los gemidos y el clarinete
Sus gemidos se confunden
con los aberrantes
ladridos
de los perros
y las encantadoras
melodías del saxo
y el clarinete.
con los aberrantes
ladridos
de los perros
y las encantadoras
melodías del saxo
y el clarinete.
Los amantes
se dan cita bajo el cobijo
de la sombra
con el fuego
de la edad madura
ardiéndoles
en la carne.
se dan cita bajo el cobijo
de la sombra
con el fuego
de la edad madura
ardiéndoles
en la carne.
Entre apretones
de labios
susurran,
se tocan,
se arañan,
se muerden
con ansias ciegas
en lo oscuro
de un callejón
sin salida,
apretujándose
contra
los ladrillos,
húmedos
por previos encuentros
furtivos
y al acecho
del arcoíris
de la ley
de los tres golpes,
sobre el cristal
del escarnio
público. ¡Tomados!
¡Cogidos!
Poseídos
por la música
del barrio
y sus azares.
de labios
susurran,
se tocan,
se arañan,
se muerden
con ansias ciegas
en lo oscuro
de un callejón
sin salida,
apretujándose
contra
los ladrillos,
húmedos
por previos encuentros
furtivos
y al acecho
del arcoíris
de la ley
de los tres golpes,
sobre el cristal
del escarnio
público. ¡Tomados!
¡Cogidos!
Poseídos
por la música
del barrio
y sus azares.
Fuente de la imagen: www.thefightcity.com
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