miércoles, 5 de noviembre de 2014

LOS ÜLTIMOS OLEAJES, Ronald Bonilla

¡Cómo zozobra el corazón
con sus antenas anticuadas,
con sus ventrículos sagaces,
casi locos en medio
de la mañana prístina!
Estos son los carbunclos que digito
a la luz del quinqué alborozado,
mientras repunta el diente que arrancamos
a la boca del miedo.
¡Qué dicha que la hora presente es incontable!
Y sus minutos se atropellan
como las quietas briznas
que no recogimos ayer
de nuestro patio.
Simplemente quería amarte y levantarte, noche,
hacia el júbilo cuando me amabas
tan íngrima de mí
como los viejos candados ya vencidos.
Yo tengo la culpa de no corresponder
si aún te amo y me disgrego, equívoco,
como las ventanas que no salieron a volar
en la alborada.
Pero habrá el tiempo, pronto, de la demostración.
Y las pardas perdices que caen abatidas
levantarán su vuelo de cicatriz ensimismada,
y blandiré este abrazo
desde los últimos oleajes.

De mi libro APUNTES PARA UN GRAFITI
premio UNA PALABRA, 2013
Editorial de la UNA

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