lunes, 22 de septiembre de 2014

ERA MI GOZO, PERO..., Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

Recordarte era un placer. Tenerte en mi mente, un hallazgo renovado. Pero nunca me dí cuenta de que todo era ilusión. Hasta que me decidí a hablarte. Entonces lo supe todo: mis falacias cayeron al piso como un rompecabezas sin solución; ya no supe más de mi y logré conocerte: vanidosa, superficial, coqueta, irreverente, la nada con falda...
Eso sí: seguí soñando con tu cuerpo. Al cual despojé de sentimientos como un homenaje a tu verdadera persona. Eras mi gozo, es cierto; pero no logré soportarlo por mucho tiempo y te asesiné en sueños...

No hay comentarios:

Publicar un comentario