viernes, 5 de abril de 2013

LAS IGUANAS YA NO ME TURBABAN, Dina Bellrham


LAS IGUANAS YA NO ME TURBABAN


Las iguanas ya no me turbaban:
Pensaba en su cola
y en mi cuello
y en la muerte.

Pero una de ellas me sonreía.
—los gringos seguramente pensaban en una selva
(pero era sólo un parque)—

Ya no sé cómo tragarme el llanto
y corrí
mientras la iguana estaba intacta
y el dolor, aquí
en la mitad del parque
cuando la iguana por primera vez
no quiso lanzar su cola.

Y corrí
y el dolor, aquí
arde todo el espacio del humo
y la sonrisa de la iguana
pero duele
esa fotografía de los gringos
y su ropa histriónica…

Debe ser
eso, que arde
virutas
en esa foto
y en la sonrisa
debe ser
que todas mis partes
ese día se perdieron
en ese parque.

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