ENSÉÑAME,
Benjamín A. Araujo M.
Enséñame a abrir
las brazos anchos y
alerta el corazón
para el mundo
para que pueda
abarcarlos a todos,
y todas las
criaturas del mundo;
enséñame a motivar
a otros
por el dolor
ajeno; y a ayudar
a quien más lo
necesita. Enséñame
pues no he logrado
aprehender,
ni aprender, a
tomar, la voz del
otro para hablar
con la voz del mudo
y mirar el mundo
con los ojos del
ciego; enséñame,
por Dios,
te lo suplico
porque esta vida es corta
y el compromiso
largo, muy largo,
y muy truncado;
enséñame a tener
el tacto para el
oprimido y a dar
esperanza al que
sufre de hambre,
de falta de amor y
de frío, por falta
de techo, de
abrigo y de esperanza.
Enséñame una vez,
dos veces,
muchas veces,
porque el amor
se olvida y el
delirio se apodera
de nuestro
corazones sobrecogidos
por la falta de
entrega y de amor
al projimo
sufrido, al desventajado...
Enséñame pues el
egoismo es grande.
más grande que
este mundo, vacío
de amor y pleno de desvarío...
Enséñame a abrir
las brazos anchos y
alerta el corazón
para el mundo
para que pueda
abarcarlos a todos,
y todas las
criaturas del mundo;
enséñame a motivar
a otros
por el dolor
ajeno; y a ayudar
a quien más lo
necesita. Enséñame
pues no he logrado
aprehender,
ni aprender, a
tomar, la voz del
otro para hablar
con la voz del mudo
y mirar el mundo
con los ojos del
ciego; enséñame,
por Dios,
te lo suplico
porque esta vida es corta
y el compromiso
largo, muy largo,
y muy truncado;
enséñame a tener
el tacto para el
oprimido y a dar
esperanza al que
sufre de hambre,
de falta de amor y
de frío, por falta
de techo, de
abrigo y de esperanza.
Enséñame una vez,
dos veces,
muchas veces,
porque el amor
se olvida y el
delirio se apodera
de nuestro
corazones sobrecogidos
por la falta de
entrega y de amor
al projimo
sufrido, al desventajado...
Enséñame pues el
egoismo es grande.
más grande que
este mundo, vacío
de amor y pleno de desvarío...
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