jueves, 8 de enero de 2015

DICOTOMÍA INCRUENTA, Oliverio Girondo

DICOTOMÍA INCRUENTA

Oliverio Girondo

Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía y forman una mano. 
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

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