GRACIAS SEÑOR,
PORQUE ME DISTE UN AÑO
En que abrir a Tu luz mis ojos ciegos;
Gracias porque la fragua de tus fuegos
Templó en acero el corazón de estaño.
Gracias por la ventura y por el daño,
Por la espina y la flor; porque tus ruegos
Redujeron mis pasos andariegos
A la mansa quietud de tu rebaño.
Por la espina y la flor; porque tus ruegos
Redujeron mis pasos andariegos
A la mansa quietud de tu rebaño.
Porque en mí floreció tu primavera;
Porque el otoño maduró mi espiga
Que el invierno guarece y atempera.
Porque el otoño maduró mi espiga
Que el invierno guarece y atempera.
Y porque entre tus dones, me bendiga
—compendio de Tu amor— la duradera
Felicidad de una sonrisa amiga.
—compendio de Tu amor— la duradera
Felicidad de una sonrisa amiga.
Salvador Novo (1904-1974)
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