Fuente
de paz
Ya
no va a dolerme el mar,
porque
conocí la fuente.
…Ya
no va a dolerme el viento,
porque
conocí la brisa.
Gilberto Owen
El viento, siempre el viento, en los recuerdos.
Siempre, la promesa del mar en tus caricias;
morir como hace el viento en los acantilados
o como lo hace el mar al llegar a la playa:
así es amarte, agonía en plenitud, contra
las rocas y las arenas de tus plenitudes.
Llegar hasta
la dulce geometría de tus besos,
mover las docilidades de tu instinto,
servir a cada una de tus playas y bahías;
ver tu rostro de mujer ennoblecida
por el amor que provoca tempestades:
eso es mi mar, tu mar, el viento; nuestro viento.
ck","� ^ - e 0�� 0|� ros y reiteraciones, sacudimientos
de nuestros fantasmas: como un azogue
de nuestras crónicas calamidades.
Imitar a la naturaleza, sin olvidar que es
puerto nativo, volver a leer la teología en los
pájaros
que Owen encontró en el Xinantécatl.
Ir a la placenta de nuestras inmersiones
iniciales, para encontrar nuestro personal
mar materno, sin olvidar el ancestral destino.
Un panteón de obscenos recuerdos es la memoria
que fluye a nuestro paso para hacernos recuerdo.
En: "...nuestro viento.", es el final del poema...al parecer se mezcló con letra de otro poema "Con música de Haydn"...
ResponderEliminarCompadre, estàs muy inspirado ùltimamente, y mira que sigo tu rastro... ¿estàs enamorado?... un poco de tibieza cuando dices: Llegar a la dulce geometrìa de tus besos... esa estrofa toda me ha encantado, vi algo ahì como unos signos, no sè si fue error o es parte del mismo. Un abrazo poeta.
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