Fuente de paz
Ya no va a dolerme el mar,
porque conocí la fuente.
…Ya no va a dolerme el viento,
porque conocí la brisa.
Gilberto Owen
El viento, siempre el viento, en los recuerdos.
Siempre, la promesa del mar en tus caricias;
morir como hace el viento en los acantilados
o como lo hace el mar al llegar a la playa:
así es amarte, agonía en plenitud, contra
las rocas y las arenas de tus plenitudes.
Llegar hasta la dulce geometría de tus besos,
mover las docilidades de tu instinto,
servir a cada una de tus playas y bahías;
ver tu rostro de mujer ennoblecida
por el amor que provoca tempestades:
eso es mi mar, tu mar, el viento; nuestro viento.
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