PARA GUILLERMO FERNÁNDEZ
A UN AÑO DEL CRIMEN IMPUNE
¿Por qué no dejas de doler, Guillermo?,
¿por qué sigue vagando tu alma en pena?
¿Qué sombra enturbia tu vejez serena?
¿La hora rota sobre el sitio yermo?
Es el sol que no cae lo que envenena,
la noche que no envuelve un cuerpo enfermo
sino un torpe guiñapo, el estafermo
de lo que fuera luz en fuerza plena.
Nos duele tu partir tan sin motivo,
el arrebato de saberte ausente
cuando tanto fulgor cabía en tu mente.
No haya perdón para el rencor altivo
que nos robó el placer de hallarte vivo
y el seráfico don de ver tu frente.
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