Carlos Olvera
¿Héroes o payasos?
El Sol de Toluca
3 de septiembre de 2012
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Ahora somos testigos de cómo los intereses mercantiles se empeñan en transformar y restar valor a los símbolos históricos en muchas naciones, no precisamente destruyéndolos o descalificándolos, sino convirtiéndolos en algo banal, superficial y trivial.
Concretamente, quienes ya no somos niños ni adolescentes nos desconcertamos ante el anuncio del estreno de la película intitulada "Abraham Lincoln, cazador de vampiros". Lo primero que se nos ocurrió fue averiguar si se trataba del mismo Lincoln, o sea, el ilustre ex presidente de los Estados Unidos de América. Después de ver los avances del filme, resulta que sí, que el personaje de la película es el hombre de la característica barba y el sombrero típico del siglo XIX en la Norteamérica anglosajona.
Los herederos de las culturas latinas, países o individuos, crecimos con una muy arraigada actitud de respeto hacia las tradiciones históricas y símbolos patrios, así como a los héroes de nuestras gestas ante invasiones, conquistas, independencias y reformas. Desde los primeros años escolares nos hemos acostumbrado a verlos casi con veneración, por lo que en fechas recientes y a raíz de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, comenzaron a surgir corrientes de opinión que insistieron en desacralizar a los héroes y mostrarlos "de carne y hueso", como para descalificar a la llamada historia oficial. Esta controversia persiste, pero es algo que no se definirá a corto plazo.
Los estadounidenses también tienen su patriotismo, pero de una manera que pudiésemos clasificar como "light". Por ejemplo, muchos ciudadanos comunes y corrientes tienen permanentemente una bandera en sus fachadas hogareñas, pero también ven como normal que haya playeras y calzones con el diseño de las barras y estrellas. Los héroes como George Washington o Benjamín Franklin frecuentemente aparecen en caricaturas y "cómics", pero generalmente son tratados con respeto. Las culturas eslavas y orientales también respetan sus símbolos.
Pero la industria del entretenimiento no conoce límites en cuanto a la búsqueda de temas que resulten taquilleros, y como se ha visto que las películas de vampiros y zombis saturan el mercado con buenos dividendos económicos, ahora incluyen a ese personaje clave de la historia norteamericana. Allá ellos.(C/E)
Concretamente, quienes ya no somos niños ni adolescentes nos desconcertamos ante el anuncio del estreno de la película intitulada "Abraham Lincoln, cazador de vampiros". Lo primero que se nos ocurrió fue averiguar si se trataba del mismo Lincoln, o sea, el ilustre ex presidente de los Estados Unidos de América. Después de ver los avances del filme, resulta que sí, que el personaje de la película es el hombre de la característica barba y el sombrero típico del siglo XIX en la Norteamérica anglosajona.
Los herederos de las culturas latinas, países o individuos, crecimos con una muy arraigada actitud de respeto hacia las tradiciones históricas y símbolos patrios, así como a los héroes de nuestras gestas ante invasiones, conquistas, independencias y reformas. Desde los primeros años escolares nos hemos acostumbrado a verlos casi con veneración, por lo que en fechas recientes y a raíz de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, comenzaron a surgir corrientes de opinión que insistieron en desacralizar a los héroes y mostrarlos "de carne y hueso", como para descalificar a la llamada historia oficial. Esta controversia persiste, pero es algo que no se definirá a corto plazo.
Los estadounidenses también tienen su patriotismo, pero de una manera que pudiésemos clasificar como "light". Por ejemplo, muchos ciudadanos comunes y corrientes tienen permanentemente una bandera en sus fachadas hogareñas, pero también ven como normal que haya playeras y calzones con el diseño de las barras y estrellas. Los héroes como George Washington o Benjamín Franklin frecuentemente aparecen en caricaturas y "cómics", pero generalmente son tratados con respeto. Las culturas eslavas y orientales también respetan sus símbolos.
Pero la industria del entretenimiento no conoce límites en cuanto a la búsqueda de temas que resulten taquilleros, y como se ha visto que las películas de vampiros y zombis saturan el mercado con buenos dividendos económicos, ahora incluyen a ese personaje clave de la historia norteamericana. Allá ellos.(C/E)
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