lunes, 21 de abril de 2014

A PROPÖSITO DEL HUMOR Y LA LITERATURA, Alejandro Pales Argullós (España)

A PROPOSITO DEL HUMOR Y LA LITERATURA
Los últimos acontecimientos que me han ido sucediendo, como si de un conjuro maligno se tratase, me han reafirmado en que el humor constituye una valiosa arma de defensa personal, y me ha decidido a escribir estas reflexiones fruto del tiempo que, se me antoja, escapa de las manos.
El humor según el diccionario es la cualidad consistente en descubrir o mostrar lo que hay de cómico o ridículo en las cosas, o en  las personas,  incluido uno mismo como una condición “sine-qua non”
Hace muchos años Michel Thomas, más conocido como Michel Houellebecq,  un controvertido autor, poeta, realizador de cine...¡y mago!, escribía en su primera novela:  "la sociedad en la que vivo me disgusta; la publicidad me asquea;  la información me hace vomitar..."
Así  no se puede ir por el mundo...bueno, sí que se puede ir, pero no se lo aconsejo a nadie. Hay que tomárselo todo con algo más de humor, sin reprimir sonrisas o carcajadas ante todo aquello que nos las provoca. El menosprecio del humor es un problema de sensibilidad de las personas que no se dan cuenta del inmenso valor que este tiene en nuestra corta y pasajera vida.
El humor es un mecanismo sutil de la inteligencia y una posición ante la vida, además de un excelente antídoto contra el fanatismo sin dejar de lado el hecho de que exige la humildad y capacidad de reírse de uno mismo.
El humor es el mejor conservante de la literatura. No se me oculta que para muchos de los que escriben o analizan lo que se escribe, el humor constituye una formula menor de entretenimiento, como si fuera incompatible con la ambición estética, o como si la risa en todo tiempo y en cualquier idioma, no fuera la mejor aliada de la inteligencia.
Escribir con humor toma, a veces, más tiempo que la literatura seria. Se puede escribir sobre una misma emoción de muchas y diversas formas, pero con el humor solo hay una solución para escribir cada frase. Todavía existen muchos lectores trascendentes que recelan, al menos de puertas afuera, de los libros que hacen reír, como si el aburrimiento y lo trascendente implicara una forma superior de disfrute.
Hay no pocos lectores que tienen una idea penitencial y elitista de la literatura; y más que leer, lo que les gusta es haber leído y sobre todo verse a ellos mismos desde fuera con un libro de los llamados "serios" en las manos (y si no lo es  demasiado, al menos que sea gordo y pesado). Si un libro hace reír y por ende es accesible a  la lectura, leerlo pierde mérito y parece que no proporciona el placer suficiente.
El humor posee en sí mismo una benéfica función deslegitimadora, en la medida que cuestiona los valores establecidos como políticamente correctos.    El poderoso suele arrollar al más débil y hace de él lo que quiere, incluso carne de cañón, lo cual no impide al débil ver al poderoso, como alguien digno de escarnio y cuchufleta.
El humor es un ingrediente obligado a la hora de elaborar un discurso crítico que coloque a igual distancia la complacencia y la monserga adoctrinadora. Alguien dijo que los lectores prefieren que la literatura y el arte en general, nazcan del sufrimiento y del dolor, que al parecer tiene o goza  de más prestigio que lo se cree es, o se confunde con la felicidad.
Tanto la poesía como el humor elevan la calidad de las personas. Ambas contribuyen, a su manera, a que sean más complejas y tengan una visión más elaborada de la realidad, o al menos eso creo.
Gracias anticipadas, y perdón,  por permitirme utilizar un arma de destrucción masiva.

FIN
Código: 1404130586387
Fecha 13-abr-2014 6:13 UTC
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