viernes, 4 de abril de 2014

SOY APÁTRIDA, Carlos Echinope Arce (Uruguay)


Desde el día de hoy, con profundo dolor, me declaro APÁTRIDA
Carlos Echinope Arce
echinope@gmail.com
 
 
Atlántida, jueves 13 de marzo de 2014

Desde el día de hoy, con profundo dolor, me declaro APÁTRIDA.
El Estado uruguayo no cumple con el art. 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el cual pego:
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Art. 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Fui cesado, por enfermedad, el 31 de julio de 2012, de mi empleo en la Intendencia Municipal de Montevideo. Una Junta médica de esa Institución, diagnosticó, el 8 de agosto de 2011, que debía jubilarme por un 95% de incapacidad laboral. El expediente fue enviado al Banco de Previsión Social, donde sus médicos,administrativamentesin haberme hecho ninguna entrevista ni estudio, rechazaron la solicitud de jubilación. Desde el 1 de agosto del 2012 quedé cesante. Rechazaron la opinión, además, administrativamente, de la médica tratante, el cual pego:
Dra. Grazziela Gennari – 12 oct 2011
Se hace constar que el paciente de 54 años de edad presenta franco deterioro neuro cognitivo (correspondiente a un 90% en Junta médico laboral). Por otra parte avalado por su evaluación neurológica con confirmación en los resultados tomográficos efectuados y resonancia magnética. Por tal motivo el paciente se encuentra imposibilitado de ejercer cualquier tipo de labor responsable.

 
Se desprende, ignorando la opinión de cuatro calificados médicos, que o bien los médicos del BPS son unos genios en su profesión y pueden descartar la opinión de sus colegas mediante la lectura de certificados que si valoran, que yo habría "comprado" la voluntad de aquellos ignorados colegas para percibir, en el mejor de los casos, la mitad de lo que percibía en actividad!! Si fuera así debía estar internado en el manicomio. Señores: un poquito de sentido común y responsabilidad. Están evaluando a seres humanos que, a su vez, tienen familia y responsabilidades. No pueden, administrativamente y abusivamente, decir: "este si, este no". No son dioses, deberían actuar como lo que son: seres humanos.
El mismo día de mi cese quedé sin cobertura médica. Quedé sin ingresos y, además, sin la posibilidad de acceder al dinero aportado durante algo más de 35 años para mi jubilación. Esto último lo determina la Ley.
Debía, y debo estar CERTIFICADO, no haber sido cesado por estar enfermo. Eso no ocurrió ni ocurre. Hay consenso que es un disparate que no esté certificado, al menos, pero pasa el tiempo y todo sigue igual. Al día de hoy pasaron UN AÑO SEIS MESES Y 13 DÍAS sin generar un centavo.
El martes pasado comparecí ante una junta médica del Banco de Previsión Social, órgano del Estado uruguayo que es el que se encarga de las prestaciones como las jubilaciones.
Había tres médicos, uno de ellos de AFAP República que fue el que llevó la voz cantante. Me pidieron el expediente de la Junta médica de la Intendencia Municipal de Montevideo, el cual no obra en mi poder, solo el acta con el dictamen firmado por tres médicos de la Intendencia. Se supone que debía estar agregado al expediente del Banco. Luego me preguntó sobre mi enfermedad. Ahí surgió algo insólito y se puede definir con el lenguaje coloquial que utiliza el Sr. Presidente Mujica: “le están buscando la quinta pata al gato”. Toda enfermedad tiene sus grados o variantes, las cerebrales, como en mi caso, no escapan a la regla. Al decir que mi madre había sufrido un  infarto cerebral que la convirtió en un “vegetal” durante un año, hasta que falleció y mi padre tuvo el mal de Alzheimer y falleció tiempo después, lo que yo quería explicar, y es fácil de entender, es que no quedé discapacitado intelectual, me afectó de otras maneras, pero me afectó. Insólitamente el médico de la AFAP dijo que indudablemente la pérdida de mis padres me había afectado sicológicamente??? Y que faltaba un informe de un siquiatra .. Por diversas circunstancias comparecí ese mismo día, ante dos siquiatras, y ahora espero que esta TORTURA SICOLÓGICA que lleva AÑO SEIS MESES Y 13 DÍAS, sin que a nadie le importe, y sin estar CERTIFICADO, por lo tanto sin generar un centavo, TERMINE!!
Señores, de una bendita vez solucionen esto, no importa de quien fue el error, hagan números, paguen lo que es justo y regularicen este disparate, salvo que a Uds.les guste TORTURAR SICOLÓGICAMENTE.

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