Liturgia, Amaneceres y otros poemas, de Benjamín Araujo
Mondragón
CON TODA LIBERTAD
Blas C. Terán
La
obra me fue entregada en un acto que para mi representa la resistencia: en una
cafetería. La dedicatoria de puño y letra dice que: …toda casualidad, en el
fondo, es una cita postergada. Es en el Fondo, la cafetería, donde recibo el
libro.
Ya en
casa comienzo la entonación y como en obras anteriores de Benjamín Araujo, el
golpeteo cadencioso de ritmos entrelazados crea una armonía contemporánea, es
el verso, el verbo, la palabra.
La
primera señal que recibo, en esta obra, es el Génesis silencioso fracturado por
la voz, concretando la idea en la palabra, hasta llegar a la gran sociedad que
falla en colectivo. Es un primer lamento.
El
gozo de la obra es un reconfortante remolino que en su giro encumbra
disparadores, señales que pueden desaparecer con el coqueteo del siguiente
verso; entonces dejar de entonar y hacer una lectura, encontrarse con la
palabra de Benjamín Araujo.
Y son
los espacios concretos, los objetos, lo tangible, los elementos de esta tierra;
y es el olvido, el instante, las emociones, los afectos que se cumplen en el
reconocimiento del otro; un círculo virtuoso que da pie para el verso.
Divinidad pues, amor, mitología, éxtasis, geometría, queja.
En
esta obra, Liturgia, Amaneceres y otros
poemas, Benjamín me ofrece la certidumbre de su ser y su estar y es como
anteriormente dije, el reflejo del otro, el encuentro con esos lugares donde se
oficia el rito de la poesía, donde la individualidad se asocia con otra
individualidad y otra, hasta sumar una colectividad donde a partir del verso
uno es actor provocado por la palabra impresa; y entonces interpretar los
signos estructurando en territorios concretos e intangibles en franca
convivencia con la cotidianidad.
Reflejos pues, páginas 51, 52, no es cita, o casi… Nacer primero,
incluso no nacer y quedarse en la idea. Benjamín sitúa al ser en espacios
concretos e intangibles para su estar y en ese estar signa que ser y qué no
ser. Con sarcasmo versa no bracear en las aguas que acercan a la razón y al
goloso de las expresiones más exquisitas o el contraste.
Pero
bueno, así el canto y así la lectura que se disfruta comenzando por el ritmo del
lenguaje para llegar al cuestionamiento provocado por las señales… Así,
Liturgia, Amaneceres y otros poemas. Las señales…ah…las señales… Qué le vamos a
hacer.
Cuando recibí el libro, le quebré la nariz para quitarle un poco de
hermosura. Me refiero a los forros.
Gracias.
Galería Libertad, Querétaro, Qro., 28 de marzo de 2014.
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