MÁGICAS CARICIAS
Es tiempo de las caricias mágicas,
de tus besos inmortales
avanzando por mi cuerpo bálsamo.
El reencuentro se vuelve avaricioso:
Lames mi piel como animal en celo
con avidez succionas mis cerezas,
y tu lengua víbora viborea mi vientre.
El cuarto se convierte en selva.
Tu vara emana olor a fruta fresca,
a mango recién cortado.
“Abre los ojos”, me ordenas,
“quiero que veas cómo me pierdo,
cómo me mata tu aliento fragmentado,
cómo te vuelves catarata en mi rostro”.
Estoy exhausta.
Has vuelto a descifrar la letra mayúscula,
el número magistral con que florezco.
Ahora…
sólo nos resta esperar
a que se calmen los temblores de los cuerpos.
LZ
Del libro: Hígado de Perra, Ed. Eternos Malabares, Morelos, México 2014
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