jueves, 3 de abril de 2014

MUNDO CONFUSO, Ricardo López Castro

Mundo confuso


Le pedí a la música en el sendero

de estos tamboriles extraviados,

que cesara la guerra de los dados

que marcaban el paso de este agüero.

 

Trasmigré con todos mis aguaceros

a la morada del buey sagrado

y le canté al cascabel de los prados

el repertorio del pobre sin te quiero.

 

Con lluvia, me llamaron agorero,

con el viento, violento me dijeron,

con el Sol, lazarillo me pusieron.

 

Con la muerte, nada más me decían

que el serpenteo del hambre del gusano,

y el vuelo de las moscas se ceñía.

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