PABLO UDENIO
Y HACIENDO CINE.
TODO LLEGA CON EL TIEMPO
La
historia jamás es lineal. Más que la coherencia, la naturaleza de la historia
humana probablemente sea la contradicción. Mientras la industria del cine
argentino terminaba de caer a un abismo, simultáneamente comenzaban a abrirse
otras puertas que serían cruciales con el tiempo. En medio del vendaval, Pablo
Udenio y Hernán Guerschuny fundaban Haciendo
Cine en 1995.
El año ’95 no fue sólo la mitad de la
década y de la reelección de Carlos Saúl Menem, sino que fue también una
bisagra. Aparecía la nueva Ley de Cine, que llevaba al video (el fenómeno
de los ‘80s y de los ‘90s) y la televisión a aportar dinero para el
financiamiento del cine nacional. Ese 1995 también llegaba a la pantalla la
primera edición de Historias Breves, compendio de cortometrajes realizados por
estudiantes de la Universidad de Cine, y que en esa tanda incluyó los nombres
de Daniel Burman, Adrián Caetano, Jorge Gaggero, Tristán Gicovate, Sandra Gugliotta, Lucrecia Martel, Pablo Ramos, Bruno Stagnaro, Ulises Rosell, Andrés Tambornino,Paula Hernández.
Pocos años después regresaba el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
(1996, luego de una ausencia de más de veinte años), nacía el Festival
Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici, 1999), y las
camadas de directores de esos años ganaba reconocimiento en el exterior.
Pablo Udenio, director de Haciendo
Cine
Udenio y Guerschuny eran estudiantes
de cine por aquel momento y no se identificaban con ninguna de las dos
principales publicaciones, que eran El Amante y
Film. El Amante (que tenía al crítico Quintín – luego director del Bafici – a
la cabeza) se paraba más desde el lado de “la
crítica dura” y Film (con Sergio Wolf y Fernando Peña en la
dirección – Peña se hizo cargo del Bafici a mediados de los 2000 y luego lo
sucedió Wolf hasta la actualidad -) lo hacía “desde
la teoría”. En lugar de eso, buscaban generar
algo que se ubicara desde el punto de vista de la práctica y por
eso tomaron de modelo la revista estadounidense Filmmaker.“Queríamos reflejar cosas que
en ese momento sentíamos no había en ningún medio de cine en la Argentina”,
recuerda Udenio. El primer número salió a la calle unos meses antes de que se
recibieran y, en el principio, la tapa de la revista portó una leyenda que
decía Un espacio para los estudiantes de cine.
En sus primeros pasos, Haciendo Cine “tenía un espíritu bastante de guerrilla”. Udenio y Guerschuny hacían todo y la
bimensualidad que se suponía iba a cumplir la revista no siempre se respetaba;
todo era un aprendizaje. El primer número vendió alrededor de 300 ejemplares
(la mitad de lo que habían impreso), a lo que los kiosqueros les dijeron que “era un buen número”. En aquel momento recorrían kiosco por kiosco. El
presente los ve en un rol más gerencial,“controlando que las cosas
funcionen, que la empresa no se caiga. Supongo que son las cosas que vienen con
crecer. (…) Una de las cosas que cambiaron es que aprendimos a
permitir que otras miradas también se involucren”, dice Udenio, y hace referencia al trabajo del
actual editor Esteban Sahores y la asistente de redacción Micaela Berguer.
HACIENDO
CINE Y HACIENDO CINE
Haciendo Cine tiene su versión
online, pero sigue concentrándose en su edición impresa. Udenio explica que
salir con una revista en papel es muy caro, pero considera que las opciones
digitales todavía no están listas para ofrecer sustentabilidad económica: “Deseo profundamente que la zona de consumo de
medios a través de ya sea Internet o aplicaciones, versiones para tablets, etc,
alcance un grado de fuerza mayor, porque para mi estructura económica sería
ideal y me resolvería un millón de problemas desde lo económico y de
producción. Pero, lamentablemente, creo que todavía no estamos ahí. No es esto
decir que no vamos a llegar a estar ahí, ni tampoco afirmar con total
contundencia que sí. No lo sé. La verdad, es que de esto se viene hablando
mucho desde hace mucho tiempo y si vos analizás los números y ves los análisis
de las conductas de consumo de medios culturales a través de los medios
electrónicos, no terminan de estallar”
Mientras tanto, Haciendo Cine
acaba de comenzar una nueva etapa de producción. En 2014 estrenaron El Crítico,
ópera prima de Guerschuny, con éxito – llegó al
top ten de películas argentinas más vistas del primer semestre -. “La revista nos abdujo por demasiado tiempo”, sonríe Udenio y agrega que producir films “es parte de un proyecto. Digo, la revista no por casualidad se
llama Haciendo Cine”.
Udenio plantea que desde la revista
siempre buscaron llegar a una comprensión de la industria y sus mecanismos. Ese
entendimiento “nos hizo sentir mucho más cómodos cuando tuvimos
que ser, como decís vos, los mirados. Y nos ayudó a cometer yo creo que una
importante cantidad de errores menos. Igual, por supuesto, no te quepa la menor
duda de que cometimos un montón”.
Durante el año, se
estrenaron 131 largometrajes locales de
distintos géneros. y en 2013 el cine fue declarado industria (de hecho, el
Ministerio de Industria ahora tiene un área dedicada al rubro). Sin
embargo, la difusión y la distribución siguen siendo un problema. El blog
Taquilla Nacional, de Mariano Oliveros, enumera
una larga lista de puntos que vale la pena leer y
que aportan a la discusión.
EL
FUTURO DE LAS REVISTAS CULTURALES
Una presencia constante en las notas
de este número de Emprende Cultura es la de AReCIA y
el proyecto de ley de fomento a las revistas culturales independientes. A cada
entrevistado se le preguntó al respecto. Para Udenio, “es muy difícil aceptar que las cosas puedan
continuar en el mercado de las revistas culturales de la manera en que se están
dando. En el sentido de que las revistas culturales sin duda merecen protección
especial. No tengo ninguna duda”
En el sistema actual, argumenta
Udenio, revistas culturales de estructura pequeña o mediana se ven forzadas a
competir con grandes corporaciones. No son solamente los costos de producción
que afectan a las revistas independientes, sino también los canales de distribución.“El sistema está armado para expulsarnos”, sentencia
Udenio. “Si no nos cuidan, estamos todos los meses con
riesgo de desaparecer. No puede ser que haya leyes proteccionistas para libros
y otras manifestaciones culturales, y no para los medios culturales
independientes. (…) La cultura es un capital que los gobiernos tienen
que tratar de cuidar cuando se ve en peligro, y nosotros actualmente estamos en
peligro”
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