JULIO CORTÁZAR
100 Años de su nacimiento
Maigualida Pérez
Estos son años de celebrar el
trabajo de Julio Florencio Cortázar Descotte un escritor, traductor e
intelectual que aunque nació en Bruselas, el 26 de agosto de 1914, era hijo de
padres argentinos y como tal siempre fue considerado, el pequeño Cocó, le llamaba su familia. Él mismo decía: Mí nacimiento fue un producto del turismo y
la diplomacia. Sus obras transitan en la frontera de lo real y lo
fantástico. En una entrevista en México para la revista Plural el autor
señalaba: Pasé mi infancia en una bruma de duendes, de elfos, con un
sentido del espacio y del tiempo diferente al de los demás.
Fue un niño enfermizo y pasó mucho tiempo en cama, por lo que la
lectura fue su gran compañera. A los nueve años ya había leído a Julio Verne,
Víctor Hugo y Allan Poe. Solía además pasar horas leyendo el diccionario Pequeño
Larousse. Leía tanto que su madre primero acudió al director del colegio y
luego a un médico para preguntarles si era normal y éstos le recomendaron que
su hijo dejara de leer al menos durante cinco meses y saliera más a tomar el
sol. A los diecinueve años leyó Opio: diario de una desintoxicación de
Jean Cocteau, libro que lo deslumbró y
se convirtió en su libro de cabecera, acompañándolo por el resto de su vida.
Julio Cortázar siempre estuvo sumergido en lo imaginario, poseía esa
capacidad de niño de encontrarle sentido al sin sentido, de generar sensaciones
a través de lo lúdico. Era un hombre solitario, enamoradizo y sensible que
amaba el jazz. En una carta a Fredi Guthmann escrita en 1952 antes de viajar a
París le cuenta: En estos días he estado distribuyendo discos en manos de
mis amigos. Me parecía cruel y estúpido dejar los discos guardados,
silenciosos, inútiles. Tuve que vender mi discoteca de jazz. Yo la había
empezado en 1933, con mis primeros pesos. Realmente no sabía qué hacer, a mis
amigos no les interesa el jazz. Vendí muchos, y los otros, los más queridos,
los puse en manos que sabrán oírlos. Me gusta pensar que en algunas noches de
Buenos Aires, música que fue mía, crecerá en una sala, en una casa y se hará
realidad para gente a quienes quiero. Me llevo a París un solo disco entre la
ropa; es un viejísimo blues de mi tiempo de estudiante que se llama Stack O´Lee
Blues y que guarda toda mi juventud.
Los gustos literarios de Julio Cortázar eran muy amplios y sentía una
especial atracción por los libros de vampiros y fantasmas lo que, debido a su
alergia al ajo era motivo de bromas por parte de sus amistades. Igualmente
sintió una gran admiración por la obra del argentino Jorge Luis Borges, una
admiración que fue mutua a pesar de sus insalvables diferencias ideológicas.
Por su parte, la traducción hecha por Cortázar de la obra poética en prosa, de
Edgar Allan Poe, para la Universidad de Puerto Rico es considerada por los
críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense
En 1962 la Editorial Minotauro publicó la Primera Edición del Libro de
Julio Cortázar Historias de Cronopios y
de Famas, un libro imperdible. Una obra surrealista, pionera del
microrrelato escrita a base de fragmentos donde el escritor definió a la
humanidad entera en cronopios, famas y esperanzas. Es un libro difícil de
definir en algún género literario, es, sencillamente, un dolor de cabeza para
los estudiosos y una delicia para los que disfrutamos una buena lectura.
Aunque Cortázar se negaba a dar descripciones físicas de sus personajes,
en las entrevistas sobre el tema el autor comparaba a los Cronopios con los poetas y los soñadores que viven al margen de las
cosas. Los famas eran los individuos
civilizados, gente formal que defiende un orden y las esperanzas son personajes intermedios sometidos a la influencia de
los otros dos. Una vez le preguntaron de
dónde salió la palabra Cronopio y el
autor sonrió y respondió: puedo explicar
solamente la concepción, más no el significado, porque yo tampoco lo se.
En una entrevista a Emilio Fernández Ciccio, autor de El Secreto de Cortázar, por Martín
Correa para la Revista Humor ,
el escritor señala que la idea de los Cronopios
la tuvo Cortázar de un hombre al que admiraba llamado Francisco Musitani. Era un excéntrico total que vestía de
blanco, que peleaba porque el pan viniera en bolsas de nylon y no de hilo y que
se echaba sus propios orines si tenía una herida para que sanara más rápido.
Este hombre vivió hasta los cien años.
En 1963 la Editorial
Suramericana publicó lo que sería su mayor éxito
editorial convirtiéndose en un clásico de la literatura latinoamericana: la
novela Rayuela. Se vendieron cinco mil ejemplares en el primer año. Nos
dice el autor: Escribía largos pasajes de Rayuela sin tener la menor idea de
dónde se iban a ubicar y a qué respondían en el fondo.
Rayuela es
un libro único, no se puede catalogar como novela, no es la historia de unos
personajes, es la historia donde los protagonistas son los procesos que sufren
los personajes. Son infinitos libros en uno, como nos advierte el propio
autor antes de su lectura, pero además existen entre todas las lecturas
posibles dos caminos a seguir: la lectura como libro convencional, si es que
esta palabra se le puede aplicar a Cortázar (está claro que no), y la lectura
alternativa. Su lectura provoca un proceso en el lector que atrapa y
obsesiona. Es un libro que cuando se lee transmite sensaciones. Es capaz de
despertar emociones y sentimientos encontrados. Es uno de esos libros que son
imposibles de olvidar, es una novela diferente, divertida, audaz y, sobre todo,
innovadora. Una novela donde el juego es
la sustancia misma.
El
Nóbel colombiano Gabriel García Márquez expresa acerca de Rayuela: Córtazar nos ha
dejado una obra tal vez inconclusa, pero tan bella e indestructible como su
recuerdo. Y a su vez el Nóbel peruano Mario Vargas Llosa comenta: Ningún otro escritor dio al juego la dignidad
literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y
exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió
puertas inéditas.
Rayuela cuenta
con traducciones en treinta idiomas diferentes. En China aparecieron versiones
en mandarín de la pluma del académico Fan Yan.
Cortázar
expresó: Yo creo que desde muy pequeño mi
dicha y mi desdicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me
fueran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que
la palabra madre era una madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto
mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a
veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde
pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi
relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las
cosas tal como me son dadas.
En
París fue empaquetador de libros y consiguió el trabajo que lo mantendría
durante años: intérprete de inglés y francés en la sede de la Unesco. Las mujeres
que acompañaron la vida de Cortázar estuvieron siempre relacionadas con la
cultura. Su primera esposa fue la traductora Aurora Bernárdez, hermana del
poeta Francisco Luís Bernárdez. Ella fue una interlocutora eficaz decisiva de
su obra y es, hasta hoy, la sólida albacea de su legado. Su segunda compañera
fue la lituana Ugné Karvelis, una editora de la casa francesa Gallimard que contribuyó a globalizar
la obra del escritor y promovió su candidatura al Nóbel. Y su última compañera
fue la estadounidense Carol Dunlop, traductora y fotógrafa, el autor señaló que los mejores años de su vida los pasó
con ella. Su muerte precoz lo
derrumbó y la sobrevivió apenas un año y pocos meses. Julio Cortázar murió el
12 de febrero de 1984 a
causa de una leucemia. Dos días después fue enterrado en el cementerio de
Montparnasse.
En
abril de 1993 su primera esposa, Aurora Bernárdez donó a la Fundación Juan March de Madrid
la biblioteca personal del autor, más de cuatro mil libros, de los cuales, más
de quinientos están dedicados al escritor por sus respectivos autores y la
mayoría de ellos poseen numerosas anotaciones del propio Cortázar.
En el
año 2009 el español Carlos Álvarez, un ferviente admirador de Cortázar, pidió
ayuda a Bernárdez para su Tesis y en una vieja cómoda encontraron lo que se
transformaría en la última publicación de Cortázar: Papeles inéditos. Quinientas hojas cargadas de textos inéditos que
fueron luego editados por el mismo español.
El 26 de agosto de 2014 se festejará el centenario del nacimiento de
Julio Cortázar, así que, Cronopios,
vamos todos juntos a festejar y a rendir homenaje al gran escritor
latinoamericano.
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