jueves, 5 de junio de 2014

MANUELA SÁENZ, Norma Segades-Manias

MANUELA SÁENZ


El 23 de Noviembre de 1856, Manuela Sáenz, revolucionaria participativa en la independencia americana, quién compartiera ideales, batallas y lecho con Simón Bolívar, muere de difteria en el puerto peruano de Paita. Tenía 59 años.
Ecuador-Perú (Paita)

Soy la bruja de Paita.
La hechicera que ha de morir ahogada entre las fiebres / después de tanta lucha, / tanta furia, / tanta sangre vertida en los abismos de esta tierra en harapos.
De esta tierra / descalza hasta la médula doliente.
Soy la fiera adversaria.
La enemiga que ha de entregar el alma a los silencios / donde habita el fantasma del olvido.
La expatriada que ha de entregar su carne / a las llamas tajantes de esa pira que eleva su estatura en la intemperie.
La ecuatoriana loca.
La rebelde / condenada al sigilo de la historia.
Responsable de andar enarbolando / banderas de idearios imposibles, / de mutilar intrigas y traiciones con un filo de lenguas contundentes.
Una vez fui la hembra cabalgando / las noches encendidas de un guerrero / que extravió su pasión entre mis muslos.
La mujer que mordía su cintura.
Que arrancaba gemidos desgarrados/ a la agonía breve de su vientre.
Una vez fui la mano que calmaba / los espasmos desnudos de la muerte / con paciencia de láudano furtivo / mientras la falsedad se enmascaraba / y una literatura panfletaria apretaba los puños y los dientes.
Una vez fui soldado.
Coronela.
Trasladaba en arcones la tormenta, / la unidad de los pueblos, / los relámpagos,
/ por los senderos ásperos de América.
Custodiaba la huella de los sueños, / la tinta adusta, / la palabra urgente.
Soy la sombra de Paita.
Soy la sombra / sin sepulcro ni cruces ni plegarias.
El fuego está aguardando por mi nombre.
Yo soy Manuela Sáenz.
Soy Manuela.
A lomo de violentos desvaríos / vengo a entregar mi vida irreverente.

NORMA SEGADES-MANIAS
Y

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