lunes, 3 de marzo de 2014

EFRAÏN HUERTA, POETA IRREVERENTE

En un medio literario plagado de enfermos de importancia –como diría un poeta mayor–, ocupadísimos en labrar su propia estatua, Efraín Huerta fue siempre a contrapelo de tanta inconfesa pero evidente vanidad, hizo de la irreverencia y el juego dos de los signos más reconocibles de su poesía y ésta, como resultado, permaneció vigente como no lo hizo la obra de buen número de sus detractores, públicos o sórdidos. A cien años de su nacimiento y poco más de tres décadas de su muerte, Juan Domingo Argüelles, Marco Antonio Campos y Ricardo Guzmán recuerdan al inolvidable cocodrilo, de quien publicamos “Canto al petróleo mexicano”, poema de los años cuarenta que, con mínimos cambios, parecería escrito esta misma mañana. Completan el número un artículo sobre el recientemente desaparecido Arturo Souto, otro sobre el erotismo en dos filmes de Stanley Kubrick,
y uno más a la memoria de Ricardo Garibay, otro grande de las letras mexicanas.

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